Estas son las desventajas de los coches híbridos que los concesionarios no mencionan: costes ocultos, escasa autonomía y ayudas que ya no existen

Aunque parecen la opción ideal, los híbridos presentan limitaciones que no siempre se explican en el concesionario

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Un automóvil cargando su batería
Un automóvil cargando su batería (Imagen Ilustrativa Infobae)

Con las recientes restricciones en las zonas de bajas emisiones, los coches híbridos se han convertido en una opción cada vez más popular entre quienes buscan un vehículo que pueda circular por cualquier zona sin ningún tipo de prohibición.

En los concesionarios predominan los argumentos a favor de los híbridos, son más ecológicos, más económicos a largo plazo y más suaves en la conducción. Sin embargo, una vez fuera, muchos conductores descubren que la experiencia no siempre es tan positiva como se comenta en el momento de la compra.

Detrás del discurso comercial, los coches híbridos esconden algunas limitaciones que pueden pasar desapercibidas si el consumidor no se informa antes de la compra. Algunas de estas desventajas pueden ir desde un sobrecoste difícil de amortizar hasta problemas de autonomía. Toda esta información se detalla en un artículo del medio francés NeozOne, en el que una usuaria cuenta su experiencia con distintos tipos de híbridos y pone en duda sus supuestas ventajas.

Precio más alto y rentabilidad limitada

Uno de los aspectos menos publicitados es el precio. Un coche híbrido cuesta de media entre 1.500 y 5.000 euros más que su versión térmica equivalente, según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Aunque en teoría el ahorro en combustible debería compensar esta diferencia, en la práctica solo ocurre en trayectos urbanos muy específicos. La organización Transport & Environment advierte que, si el vehículo no se recarga adecuadamente o se usa mayoritariamente en carretera, el consumo incluso puede aumentar.

Además, muchos compradores descubren demasiado tarde que las ayudas a estos modelos han disminuido notablemente. Según NeozOne, en Francia los híbridos convencionales dejaron de recibir bonos ecológicos en 2017, y en 2024 desapareció la prima de conversión.

Un cable eléctrico se conecta
Un cable eléctrico se conecta a un coche híbrido enchufable. (REUTERS/Vincent Kessler)

Autonomía eléctrica y carga: un falso amigo

Los híbridos autorrecargables no requieren enchufe. Esto puede parecer una ventaja, pero su autonomía totalmente eléctrica es muy reducida. Como explica el fabricante Toyota, en condiciones normales de ciudad esta autonomía no suele superar los 2 a 5 km. En carretera, este tipo de tecnología pierde prácticamente toda su utilidad, ya que el motor térmico es el que asume la mayor parte del esfuerzo.

Los híbridos enchufables, por otro lado, garantizan hasta 80 km en modo eléctrico, pero requieren un punto de carga. Según la Agencia Internacional de la Energía (IEA), más del 70 % de los usuarios de híbridos enchufables en Europa no los recargan con regularidad, lo que convierte a estos coches en vehículos más pesados que consumen más por arrastrar una batería que no se utiliza.

Tanto en modelos completos como enchufables, el espacio del maletero también se ve afectado. La presencia de la batería reduce la capacidad de carga, algo que varios medios como AutoFacile y usuarios consultados por NeozOne consideran un inconveniente para familias o personas con necesidad de más espacio.

A esto se suman los costes de mantenimiento. El Club General de Automovilistas Alemanes (ADAC) ha estimado que una avería en la batería puede costar entre 3.000 y 5.000 euros, y no todos los talleres están preparados para ello.