De la estresante vida en Reino Unido al placer y tranquilidad de Canarias: “El sueño de vivir en una isla se ha hecho realidad”

Tras años de estrés en el Reino Unido, Rubén Diegz y su familia decidieron hacer un cambio radical y mudarse a la soleada isla de Gran Canaria. Hoy, disfrutan de un estilo de vida relajado, sin las presiones de la vida urbana británica.

Hace cuatro años, Rubén, de 40 años de edad, su pareja, Lisa Perri, de 36, y su hijo, dieron el salto en el Atlántico hacia un futuro más tranquilo en Maspalomas. La decisión fue algo precipitada, pero reconocen que valió la pena.

“Fue una decisión rápida, que cambió mi vida, pero sabía que era lo correcto para mí y para nuestra familia”, explicó Rubén al diario inglés The Sun. El deseo de huir de la tensión y el estrés de la vida en Inglaterra durante la pandemia fue la gota que colmó el vaso para realizar el cambio de aires.

La familia, que antiguamente vivía en Woking, a las afueras de Londres, alquiló un espacioso apartamento de cuatro habitaciones en Maspalomas por solo 830 euros al mes. Este alquiler, casi tres veces más barato que uno similar en el Reino Unido, le ha permitido vivir de manera más cómoda y disfrutar de un estilo de vida relajado.

“El alquiler aquí cuesta un tercio de lo que pagábamos en Londres. Es un ahorro significativo”, señaló Rubén.

Con 300 días de sol al año, Gran Canaria, conocida por su clima subtropical y su vibrante comunidad, ha resultado ser el lugar idóneo para comenzar una nueva vida para esta familia.

Rubén, que dirige una empresa de comercio electrónico en línea, ha destacado que una de las cosas que más le gustó de la isla es la oportunidad de poder criar a su hijo en un entorno sin los problemas sociales de su país de origen.

“Quería poder llevar a mi hijo al parque sin ver pandillas de jóvenes y poder comprar comida fuera sin tener que pedir un préstamo”, ha recordado Rubén.

Además, el cambio de aires ha tenido un impacto positivo en la salud de la familia.

Durante el confinamiento en el Reino Unido, Rubén sufrió alopecia debido al estrés, un problema que desapareció al mudarse a Gran Canaria. “Fue el cambio saludable que mi cuerpo necesitaba. Ahora nos sentimos mucho más relajados”, dijo.

La vida diaria es más sencilla en Gran Canaria. “Nuestra terraza es más grande que el jardín de una casa adosada británica normal; puedes hacer barbacoas en ella y disfrutar de tardes relajadas en verano”, comentó Rubén.

Del mismo modo, la familia disfruta de un coste de vida mucho más bajo: “El wifi aquí es rapidísimo. Es una de las razones por las que Gran Canaria es tan popular entre los nómadas digitales”, agregó el padre.

El aspecto educativo también ha sido una gran ventaja para la familia. Su hijo asiste a una escuela internacional local que, según Lisa, ofrece una educación de alta calidad a un precio mucho más asequible que en el Reino Unido. “Nuestro hijo asiste a la escuela internacional local y cuesta menos de 600 euros al mes. Es la mitad del precio de la guardería en Gran Bretaña”, explicó Lisa.

Incluso ahora, la familia disfruta de la vida social en la isla, participando en actividades deportivas como fútbol y pádel, y conectando con otros expatriados. “Puedes conectar con otros expatriados en grupos de WhatsApp, y siempre hay algo que practicar. Hacer amigos es mucho más fácil aquí”, comentó Rubén.

“Salimos a comer a restaurantes locales al menos tres veces por semana, y una comida de tres platos para dos cuesta menos de 47 euros”, recordó el hombre.

Para Rubén y Lisa, vivir en Gran Canaria ha sido un cambio de vida radical, pero muy positivo. “Vivir en Gran Bretaña ahora parece una experiencia borrosa. Ahora nos centramos en la vida subtropical, el sol y la esperanza”, afirmó Rubén.

“Para nuestra familia, el sueño de vivir en una isla se ha hecho realidad”, sentenció. Y con ello, la familia Diegz continúa disfrutando de la paz y la calidad de vida que siempre soñaron, en un entorno tan paradisíaco como accesible.