Una jeringuilla contaminada contagió a una mujer de malaria en un hospital español: el caso que destapa la brecha de los protocolos de desinfección

El hospital afectado ha actualizado sus protocolos de seguridad para evitar que vuelva a ocurrir

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Imagen de archivo: tubos de
Imagen de archivo: tubos de ensayo. (AC2T INC DBA SPARTAN MOSQUITO/PR NEWSWIRE)

Un hospital de Sevilla ha confirmado el primer caso en España de malaria transmitida dentro de un centro sanitario a través de material médico reutilizado. El contagio, ocurrido en 2024 y documentado por investigadores de la Universidad de Sevilla y el Hospital Universitario Virgen del Rocío, fue rastreado y confirmado mediante análisis genéticos, lo que permitió identificar el mecanismo exacto de transmisión. El estudio, publicado en la revista Emerging Infectious Diseases describe el contagio de una mujer de 60 años que pone en duda los protocolos de seguridad de los hospitales españoles.

La malaria, una enfermedad infecciosa causada por parásitos del género Plasmodium y transmitida habitualmente por la picadura de mosquitos Anopheles, se considera erradicada en España desde 1964. El país ha registrado desde entonces dos casos de malaria considerados autóctonos, con centenares de contagios importados cada año. En 2024, se registraron 600 casos de malaria en el país.

Ese mismo año, una mujer de 60 años residente en Gilena (Andalucía) acudió a urgencias con fiebre alta, malestar general, sudores nocturnos y dolores articulares. Los análisis revelaron una infección por Plasmodium falciparum, la forma más grave de malaria, con un índice de parásitos en sangre del 7%. La paciente no había viajado al extranjero, ni recibido transfusiones, ni trasplantes, ni visitado aeropuertos, lo que descartaba las vías habituales de contagio en países no endémicos.

La investigación epidemiológica se centró en un procedimiento médico realizado 15 días antes: una gammagrafía tiroidea con yodo radiactivo. El paciente atendido justo antes que ella, originario de Guinea Ecuatorial, resultó ser portador asintomático de malaria. Aunque no presentaba síntomas ni había viajado recientemente a su país, las pruebas confirmaron la presencia del parásito en su sangre.

Las jeringas estaban contaminadas

Jeringa cubierta con un escudo
Jeringa cubierta con un escudo de plomo utilizado durante la transmisión nosocomial de la malaria por Plasmodium falciparum, España, 2024.

El análisis genético de los parásitos aislados en ambos pacientes mostró una coincidencia casi total en los genes PfMSP-1 y PfMSP-2, lo que confirmó la transmisión directa. “Los fragmentos detectados en el caso índice también están presentes en el caso fuente”, señala el estudio, aportando una de las primeras pruebas genómicas de transmisión nosocomial de malaria en Europa.

El mecanismo de contagio fue inusual: aunque las jeringas y agujas se descartaron tras cada uso, el protector de plomo reutilizable que cubría la jeringa no fue desinfectado adecuadamente. Al colocar una nueva jeringa en el mismo protector, restos de sangre infectada permitieron el paso del parásito de un paciente a otro. “La contaminación de la nueva jeringa con sangre del paciente anterior al introducirla en la funda insuficientemente limpia fue el mecanismo más probable de transmisión”, explican los autores.

En Europa, la malaria autóctona es extremadamente rara. En 2022, solo se confirmaron 14 casos de Plasmodium falciparum adquiridos localmente, la mayoría relacionados con aeropuertos o sin causa identificada. En España, los casos importados rondan los 600 anuales, pero la transmisión dentro de hospitales es excepcional y, hasta ahora, nunca se había documentado con pruebas genéticas tan concluyentes.

Ante este descubrimiento, el hospital ha modificado sus procedimientos: ahora cada protector de plomo se utiliza solo una vez al día y se esteriliza en autoclave antes de volver a usarse. La investigación recomienda que la malaria se incluya en el diagnóstico diferencial de pacientes con fiebre y trombocitopenia inexplicada, incluso en países donde la enfermedad no es endémica.