Este es el animal que lanza un “dardo de amor” para reproducirse durante el apareamiento

Son muchas las curiosidades del reino animal que resultan sorprendentes. Este es el caso, por ejemplo, de la especie que es capaz de lanzar “dardos de amor” durante el apareamiento. Se trata de la babosa ninja, que expulsa pequeños arpones que están cargados de hormonas y, de esta forma, logra reproducirse. Pero esto no es todo, ya que son muchos los datos llamativos que atesora este ser vivo, que fue descubierto en los bosques montañosos de Malasia, en concreto, en la jungla Gunung Kinabalu de Borneo, en 2010.

Conocido popularmente como caracol ninja, este peculiar molusco ha llamado la atención de la comunidad científica por sus inusuales características morfológicas y reproductivas. A diferencia de los caracoles comunes, no puede replegarse dentro de su concha, ya que esta no tiene el tamaño suficiente para albergar su cuerpo. Por esta razón, se le clasifica como una semibabosa.

Uno de los rasgos que más lo distingue es su larga cola, que puede llegar a triplicar la longitud de su cabeza. Este apéndice no solo cumple una función morfológica, sino también conductual: el animal la utiliza para enrollarse y protegerse durante el descanso, en una forma de autorrefugio inusual en este tipo de especies.

Además de su pequeño caparazón blando y una cola prolongada, la babosa ninja tiene un comportamiento poco común en el reino animal: lanza “dardos de amor” a su pareja. Estos surgen de un receptáculo ubicado entre la región genital masculina y femenina, ya que se trata de una especie hermafrodita, capaz de albergar ambos tipos de órganos reproductivos.

Contrario a lo que podría sugerir su nombre, solo los individuos que adoptan el rol femenino durante la cópula disparan estos dardos hacia su pareja. El objetivo es incrementar la fertilidad del receptor y favorecer la puesta de una mayor cantidad de huevos. Los dardos, compuestos en gran parte por carbonato de calcio y hormonasa, penetran el cuerpo del otro ejemplar e introducen sustancias químicas que potencian la eficacia del proceso reproductivo.

Investigaciones recientes han documentado este fenómeno en diversas especies de babosas terrestres y caracoles, donde la agresiva estrategia incrementa notablemente las posibilidades de éxito en la reproducción. El “dardo de amor” llega a atravesar los tejidos corporales del otro, un comportamiento que los científicos han asociado a una evolución única en el apareamiento de estos moluscos. Este intercambio no solo está impulsado por la competencia para asegurar la descendencia, sino que también influye en la selección natural y en la diversificación sexual dentro de este grupo de animales invertebrados.

La babosa ninja desempeña un papel clave en los ecosistemas gracias a su dieta herbívora. Este molusco consume tanto plantas frescas como materia vegetal en proceso de descomposición, incluyendo hojas, vegetales y frutas. Investigaciones científicas señalan que presenta una preferencia por las hojas más jóvenes, por encima de aquellas que ya han madurado o comenzado a marchitarse.

Su actividad diaria tiene consecuencias directas en la salud del suelo. Al desplazarse y alimentarse, distribuye su característica mucosidad sobre la superficie, lo que contribuye a su hidratación y mejora la cohesión de las partículas del sustrato. Esta secreción, junto con sus excrementos, favorece la actividad biológica del terreno y enriquece su fertilidad. Además, el movimiento de la babosa ayuda a airear el suelo, facilitando el desarrollo de microorganismos fundamentales para el ciclo de nutrientes.