Firma su hipoteca, desiste de los seguros y acaba amenazado y con un intento de cobro de 700 euros: “Si Pablo Escobar estuviera en España, trabajaría en un banco”

Tras comunicar que no quería contratar los seguros, el director del banco llamó al cliente diciéndole que le retenía su dinero y se lo quitaba de la cuenta, llegando a amenazarle con anular la hipoteca

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Firma su hipoteca, desiste de los seguros y acaba amenazado y con un intento de cobro de 700 euros. (Montaje Infobae/TikTok)

La contratación de productos vinculados a las hipotecas, especialmente los seguros que muchas entidades exigen como condición para conceder un préstamo, es un tema que genera muchas dudas. Hay veces que las condiciones no quedan claras, o que no se explica detalladamente en qué consisten estos productos que debes adquirir. Además, en ocasiones, los clientes no quieren firmar para obtener este tipo de seguros, pero la presión bancaria, a veces, puede llegar hasta límites insospechados.

Esto es lo que le pasó al protagonista del caso que el abogado Miguel Orellana Gómez ha relatado desde su cuenta de TikTok (@abogadomiguelorellana), y comienza señalando que la palabra “granuja” se queda corta para describir ciertas prácticas de los bancos: “Yo creo que la vamos a tener que sustituir por mafioso, bandido”. E, indignado por la situación que va a contar, afirma que “si Pablo Escobar estuviera hoy en día en España, yo creo que trabajaría en un banco”.

“¿Tú crees que puedes amenazar a una persona, que si no firma los seguros le echas la hipoteca para atrás?”

El caso arranca con la experiencia de un cliente, seguidor del abogado, que acudió a firmar su hipoteca. Tras la firma, y mientras esperaba en la notaría, decidió enviar desde ese mismo lugar un correo electrónico al banco comunicando su decisión de no contratar los seguros propuestos por la entidad: “Mi cliente coge, firma la hipoteca, y dice bueno, pues ya desde la misma notaría, voy a mandar un correo electrónico al banco y le voy a decir que no quiero los seguros, que me resisto”.

El propio abogado reconoce que le habría aconsejado esperar un poco antes de enviar el correo, pero el cliente actuó en el momento, pensando que con el dinero ya disponible en su cuenta no ocurriría nada sospechoso.

Y la reacción de la entidad bancaria no se hizo esperar. Según narra Orellana, “el director que está en la oficina empieza a llamarlo diciéndole que, primero, le retiene el dinero, se lo quita de la cuenta”. La sorpresa fue mayúscula cuando el afectado comprobó que el dinero había desaparecido: “Miguel, que es que me ha quitado dinero de la cuenta”, le relató el cliente.

El abogado asegura que, aunque el movimiento no aparece a simple vista, solicitaron una reclamación formal para que el banco informara de las transacciones ocultas al cliente: “Estamos buscando o le hemos hecho una reclamación para que nos digan los movimientos que no son visibles para el cliente, porque eso tiene que estar ahí seguro. Vamos a aportar los correos electrónicos, toda la información”.

Pero la presión no se limitó a una simple retención de fondos. De acuerdo con el relato, el director de la sucursal llegó a amenazar al cliente con anular la hipoteca si no se contrataban los seguros: “¿Tú te puedes creer que puedes amenazar a una persona que si no firma los seguros le echas la hipoteca para atrás?”.

Orellana plantea una dura crítica al sistema y al regulador bancario por permitir que estas situaciones sucedan: “¿Esto qué es? ¿La mafia calabresa? Es que de verdad. Yo ya no sé cómo calificar al regulador, porque es que es total granujería. Y por más reclamaciones que le ponga el Banco España, de todos los colores, están los tíos ahí tan tranquilos”.

Las hipotecas a tipo fijo ya representan el 36% del saldo hipotecario de los bancos españoles.

“Al final tuve que hacerme el seguro, me prometió que solo por un año”

Por su parte, el cliente expuso al abogado que su pareja estuvo a punto de llorar ante la presión ejercida por la entidad: “Mi mujer estaba a mi lado casi llorando. ¿Tú te crees que esto es normal?”. La situación se volvía aún más insostenible porque ya habían entregado una señal de 20.000 euros y, si la operación no fructificaba, los perdían.

La intimidación económica, sumada a la presión emocional, llevó al cliente a aceptar el seguro bajo la promesa verbal de que solo duraría un año. “Al final tuve que hacerme el seguro, me prometió que solo por un año”, cuenta Orellana según la conversación mantenida con el afectado. Sin embargo, la historia no concluyó ahí. El cliente, asesorado por Orellana, envió un nuevo correo ejerciendo su derecho de desistimiento, es decir, comunicando que no quería los productos vinculados.

La respuesta de la entidad fue intentar repercutir al cliente con un cargo de 700 euros supuestamente en concepto de “transferencia inmediata”. Orellana lo califica como un “intento desesperado” del banco por recuperar lo que ya considera perdido: “Ahora le quieren cobrar 700 €, claro, como ya estarán que se suben por las paredes…”.

Dirigiéndose directamente al director implicado, Orellana lanza un mensaje de advertencia: “Acuérdate, que el tiempo pone las cosas en su sitio. El tiempo va en contra tuya”.