Dos veinteañeros se hacen pasar por asesores bancarios desde la cárcel y estafan a personas mayores: lograron más de 135.000 euros

Los detenidos utilizaban el infame software ‘Pegasus’ y el servicio de mensajería ‘Telegram’ para llevar a cabo sus operaciones

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Dos veinteañeros se hacen pasar
Dos veinteañeros se hacen pasar por asesores bancarios desde la cárcel y estafan a personas mayores: lograron más de 135.000 euros (Montaje Infobae)

Desde el interior de una celda en el centro penitenciario de Réau, en Seine-et-Marne (Francia), dos jóvenes orquestaron una red de estafas telefónicas que les permitió hacerse con más de 135.000 euros a costa de víctimas de edad avanzada. Con el teléfono en la mano y un repertorio de artimañas digitales, ambos, de 25 y 29 años, desplegaron un esquema de suplantación bancaria con la ayuda de una colaboradora de 22 años y una decena de cómplices repartidos fuera de prisión.

Según informan desde el medio francés Le Parisien, la operación salió a la luz tras una alerta de la policía judicial de París a la brigada de criminalidad financiera de Seine-et-Marne en febrero. Las primeras pistas llegaron gracias a una “story” publicada por uno de los sospechosos en Snapchat, donde ofrecía detalles de sus movimientos. Las pesquisas permitieron identificar a cinco primeras víctimas, todas ellas contactadas entre enero y febrero de 2025. Entre ellas, un vecino de Roubaix, en el norte de Francia, cuyos movimientos bancarios pusieron sobre la mesa el modus operandi de la red.

Utilizaban el software Pegasus para sus estafas

Los estafadores operaban con la colaboración de lo que se conoce como “mulas bancarias”, personas que abrían cuentas a su nombre para recibir el dinero robado y facilitar los traspasos. La policía encontró varios teléfonos móviles en las celdas de los mandos de la organización, lo que permitió apuntalar la investigación.

La estrategia utilizada resultaba tan clásica como eficaz. Desde prisión, los implicados se valían del software Pegasus, una herramienta de “phishing” capaz de enviar mensajes de texto y correos electrónicos personalizados bajo el pretexto de supuestas gestiones de la Seguridad Social o el seguimiento de paquetes. Con este método recopilaban datos bancarios y los teléfonos de los futuros objetivos.

Operaban desde el interior de
Operaban desde el interior de la cárcel (PxHere)

Las llamadas, realizadas por los propios reclusos o por otros internos a los que se sumaba la tarea, seguían siempre el mismo guion. El interlocutor se presentaba como miembro del banco y advertía a la víctima sobre movimientos sospechosos en su cuenta, solicitando transferencias supuestamente para evitar pérdidas o, en otros casos, la entrega de tarjetas y códigos a un falso mensajero. A menudo, quienes hacían las llamadas eran externos reclutados a través de Snapchat, a los que, según fuentes próximas a la investigación, se recompensaba con el 30% del dinero captado en las operaciones.

Uno de los papeles más destacados dentro de la trama pertenece a la pareja sentimental de uno de los reclusos. Con domicilio en Boulogne-Billancourt, la joven, conocida por la policía, levantó sospechas por las transferencias de dinero a su pareja en prisión y por su estilo de vida injustificable por su contexto laboral legal. Según las investigaciones, frecuentaba boutiques de lujo, disfrutaba de vacaciones en hoteles exclusivos y alquilaba coches de alta gama.

El 20 de mayo, los dos internos fueron trasladados fuera del centro penitenciario y la joven detenida en su vivienda. Las pesquisas en el domicilio revelaron múltiples objetos de lujo, así como numerosos documentos relacionados con transferencias de fondos fraudulentas. Durante los interrogatorios, uno de los detenidos confesó los hechos, aunque se negó a revelar el destino exacto del dinero obtenido. El segundo optó por no declarar. La tercera implicada minimizó su papel en la trama, atribuyendo toda la responsabilidad a su pareja.

Los tres han sido presentados ante la Fiscalía de Melun, con una citación para comparecer ante el tribunal correccional el próximo 18 de julio. El expediente, abierto desde septiembre de 2024, reconoce a 58 víctimas de una trama que, durante meses, convirtió la cárcel en el centro neurálgico de una sofisticada estafa digital.