Un millonario olvida su Ferrari durante 10 años en un garaje: “Estaba muy ocupado”

Ion Țiriac, extenista profesional y uno de los hombres más ricos de Rumanía, ha protagonizado una anécdota insólita: olvidó durante una década que poseía dos exclusivos Ferrari F40, valorados en más de 700.000 dólares cada uno. Estos vehículos permanecieron estacionados en un garaje de Múnich hasta que el encargado del aparcamiento le recordó su existencia.

Apasionado del automovilismo, Țiriac posee una colección de más de 400 vehículos, incluyendo modelos clásicos, eléctricos e híbridos, que exhibe en su museo cercano a Bucarest. Entre sus adquisiciones destaca un Ferrari F40 comprado al expiloto de Fórmula 1 Gerhard Berger. Sin embargo, la falta de espacio adecuado para su creciente colección llevó al extenista a dejar estos deportivos en el garaje alemán, donde quedaron en el olvido.

Al ser contactado por el responsable del garaje, Țiriac decidió enviar los vehículos a la fábrica de Ferrari en Maranello para su restauración, ya que tras diez años de inactividad requerían una revisión completa, incluyendo el desmontaje del motor. Finalmente, optó por venderlos, argumentando que no tenía un lugar adecuado para guardarlos.

El Ferrari F40 es considerado uno de los modelos más icónicos de la marca italiana, con solo 1.311 unidades fabricadas entre 1987 y 1992. Su valor actual en el mercado puede superar los dos millones de euros, lo que hace aún más sorprendente que alguien pudiera olvidarse de poseer dos ejemplares de este legendario automóvil.

Tener un Ferrari no solo es cuestión de poder adquisitivo. La marca italiana, símbolo del automovilismo de élite, mantiene un estricto control sobre quién puede acceder a sus vehículos más exclusivos. Modelos como el Ferrari F40, el Enzo o el LaFerrari han sido producidos en tiradas muy limitadas y solo ofrecidos a clientes previamente seleccionados por la propia firma. Tener historial como comprador, buena relación con la marca y visibilidad pública positiva son factores clave para figurar entre los elegidos.

Ferrari también impone condiciones postventa, como no revender el coche en un periodo determinado o no modificarlo sin aprobación. Esta política refuerza el aura de exclusividad y escasez que rodea a sus coches. Por eso sorprende tanto que Ion Țiriac, uno de los pocos que ha tenido más de uno, pudiera simplemente “olvidar” dos F40 en un garaje durante una década. Ya que, son coches que, para la mayoría, ni siquiera están al alcance del deseo.

Ion Țiriac es conocido por sus éxitos deportivos como tenista y jugador de hockey sobre hielo, pero también por ser uno de los empresarios más acaudalados de Europa del Este. Según la revista Forbes, su patrimonio neto supera actualmente los 1.500 millones de euros, lo que lo convierte en el hombre más rico de Rumanía y uno de los más destacados del continente.

Tras retirarse del deporte profesional en los años 70, Țiriac construyó un imperio diversificado que abarca sectores como la banca, los seguros, la aviación, el automóvil y la organización de eventos deportivos. Su nombre ha estado estrechamente vinculado al tenis también fuera de las pistas, al ser durante años el organizador del Mutua Madrid Open, uno de los torneos más importantes del circuito ATP. Pero si hay una pasión que caracteriza su estilo de vida, esa es el automovilismo. Su colección personal de más de 400 coches, muchos de ellos clásicos y de edición limitada, es una de las más impresionantes del mundo y está abierta al público en su museo de Bucarest, el Țiriac Collection.

La historia del Ferrari F40 olvidado no hace sino subrayar el nivel de lujo que rodea a una fortuna cultivada con visión, riesgo y una profunda pasión por la exclusividad.