Agentes rurales denuncian a dos personas por fotografiar a un urogallo en libertad y ahora se enfrentan a una multa de hasta 200.000 euros

La simple detección de un humano por parte de esta especie puede provocar el abandono inmediato de la zona y la interrupción de comportamientos esenciales como el canto, que resulta fundamental para la cópula

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Urogallo común. (SeoBirdLife)
Urogallo común. (SeoBirdLife)

La difusión de imágenes del urogallo común en redes sociales ha provocado un aumento notable de visitantes en las zonas de canto de esta especie, lo que, según los Agentes Rurales, ha generado un efecto llamada que pone en riesgo su supervivencia.

La presencia humana en estos espacios protegidos, especialmente durante la época reproductora, puede tener consecuencias graves para la conservación de una de las aves más amenazadas de Cataluña. De acuerdo con una información de El Periódico, dos fotógrafos han sido denunciados en el Pallars Sobirà por captar imágenes del urogallo común sin autorización, enfrentándose a posibles sanciones que oscilan entre 3.000 y 200.000 euros.

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Los hechos ocurrieron en espacios naturales protegidos de la Región del Alt Pirineu durante el periodo reproductor del ave, una etapa especialmente delicada para esta especie. Los Agentes Rurales han intensificado la vigilancia en los Pirineos a través del Grupo Especial de Venenos y Antifurtivismo, con el objetivo de proteger al urogallo común y otras especies amenazadas. El caso del urogallo está clasificada como crítica y la Sociedad Española de Ornitología (Seo Birdlife) estima una población de 700 individuos de esta especie: 292 ejemplares en la población cantábrica y 404 ejemplares en la población pirenaica.

El primer caso se registró en la zona periférica del Parque Nacional de Aigüestortes y Estany de Sant Maurici, dentro del término municipal de Esterri d’Àneu, en Lleida. Allí, una persona fue sorprendida pernoctando camuflada y equipada con material fotográfico. La investigación permitió identificar no solo la actividad ilegal relacionada con el urogallo común, sino también la captación de imágenes de otras especies en peligro presentes en los Pirineos.

El segundo incidente tuvo lugar en el término municipal de Alins, dentro del Parque Natural del Alt Pirineu. En este caso, la persona denunciada ya había sido identificada anteriormente por realizar fotografías profesionales del urogallo común y difundirlas posteriormente en redes sociales. Los Agentes Rurales han advertido sobre una regresión alarmante de sus poblaciones, atribuida principalmente a la actividad humana y a la proliferación de actividades recreativas en su hábitat.

Cualquier perturbación puede impedir su reproducción

El Grupo Especial de Venenos y Antifurtivismo es el cuerpo encargado de establecer el dispositivo de vigilancia y protección del urogallo común durante todo el año, pero especial refuerzo en los periodos más críticos, como la época reproductora y la invernal. Y es que el urogallo es una especie extremadamente sensible a la presencia de personas: la simple detección de un humano puede provocar el abandono inmediato de la zona y la interrupción de comportamientos esenciales como el canto, que resulta fundamental para la cópula. Las hembras solo son receptivas durante dos o tres días, por lo que cualquier perturbación en ese periodo puede impedir la reproducción y reducir drásticamente la productividad de la especie.

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En este sentido, los Agentes Rurales han insistido en la importancia de respetar las restricciones de acceso y evitar la difusión de imágenes que puedan incentivar visitas no autorizadas a zonas protegidas.

Prohibición de la caza desde hace más de tres décadas

Aunque hoy en día hay otras actividades humanas que pueden perturbar su hábitat, la caza ilegal ha sido uno de los principales factores que han llevado a una situación límite a este peculiar individuo. Cabe recordar que la caza de esta especie está prohibida en España desde finales de los años 80.

En el caso concreto del urogallo cantábrico, el veto se aplica tanto a nivel autonómico como estatal debido a su alto grado de amenaza. Las encuestas sobre urogallos cazados ilegalmente, realizadas a centenares de personas durante más de 20 años, muestran que unos 6.000 urogallos han muerto de esta forma desde los años 40 hasta el año 2000; el 95% de ellos, machos.