Unas 80 caravanas de una comunidad itinerante se instala en un campo de fútbol propiedad del dueño de un restaurante: pierde miles de euros

Ha ocurrido en Lyon, y el propietario todavía se encuentra esperando a que las autoridades realicen un desalojo

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Una caravana en un camping.
Una caravana en un camping.

Los lugares donde pueden y no aparcar las caravanas siempre generan confusiones. A pesar de ser un vehículo, su condición de vivienda no permite estacionarlas en cualquier lugar y por tiempo indefinido. De lo contrario, podrían dejar sin lugar para aparcar a muchas personas. El propietario de un restaurante de Lyon ha sufrido las consecuencias negativas de esta circunstancia.

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Arnaud Serlin, dueño de un establecimiento de esta ciudad francesa, ha tenido un grave problema debido a que 80 caravanas se instalaron en su aparcamiento destinado a los clientes. Trató de hablar con los conductores, pero estos aseguraron que iban a permanecer más de diez días allí. El propietario del restaurante solo puede esperar a que se marchen.

Miles de euros perdidos

El lunes 2 de junio, este propietario, residente de Solaize (Ródano), a pocos kilómetros de Lyon, vio llegar al parking de su establecimiento cerca de 80 caravanas, que formaban una comunidad de viajeros. Este aparcamiento se trataba de un campo de fútbol que el Ayuntamiento cedió al restaurante para darle este uso.

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Los viajeros decidieron que era el sitio indicado para estacionar sus caravanas y pasar unos días en aquel lugar. Serlin, consciente del dinero que va a perder al tener el parking lleno, trató de hablar con ellos. “No fueron ni desagradables ni agresivos, pero entraron de todos modos”, explica el dueño al medio local Actu Lyon.

Serlin afirma que ya hay miles de euros que no ha ingresado por esta situación. El parking está destinado a los clientes, de forma que, al estar lleno durante casi dos semanas, son miles los clientes que ha perdido el restaurante. Solo para el próximo jueves 5 de junio, el establecimiento esperaba tener entre 700 y 800 comensales.

¿Por qué no ha podido hacer nada?

Serlin se pregunta: “¿Quién pagará mis cargos?“. El restaurante tendrá que afrontar grandes pérdidas, y su dueño afirma que no debería correr de su bolsillo. La realidad es que, aunque sea una propiedad privada, expulsar a las caravanas se antoja algo complicado de lograr siendo un particular.

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En Francia, un propietario no puede echar a una persona, a pesar de que se instale de forma ilegal en un terreno que le pertenece. En el caso de las caravanas, al ser consideradas viviendas, sacarlas a la fuerza sería cometer el delito de desalojo por cuenta propia, como ocurre con los pisos okupados.

De esta forma, lo único que puede realizar es establecer una denuncia y que sean las autoridades oficiales las que expulsen a los viajeros. No obstante, según la legislación francesa, dependiendo de su situación, los agentes podrían estar obligados a ofrecer una alternativa de acogida a estas personas antes de proceder al desalojo.

Por otro lado, aunque Serlin ha explicado que no han actuado de forma violenta, no es sencillo acometer un desalojo de cientas de personas. Por tanto, la única forma de actuar que puede afrontar este propietario es esperar a que su denuncia desemboque en una orden judicial, y esperar que la sentencia conlleve algún tipo de indemnización.