La cara más dura de la donación de órganos: “Que te den las gracias las familias de los donantes tiene un doble valor”

Los hospitales no trasplantadores cumplen un papel fundamental en la donación de órganos, pero no llegan a ver los resultados

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La ministra de Sanidad, Mónica
La ministra de Sanidad, Mónica García, preside junto a la directora general de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Beatriz Domínguez-Gil, el acto anual que homenajea a los donantes en España, en la sede del Ministerio, a 4 de junio de 2025, en Madrid (España). (Ministerio de Sanidad)

España lidera desde hace 30 años las donaciones de órganos en todo el mundo. Con más de 140.000 trasplantes realizados desde que existen registros, este proceso avanza gracias a aquellas personas que aceptan donar sus órganos tras fallecer. La donación tras fallecimiento ha crecido un 50% en los últimos 10 años, pasando de 1.682 donantes en 2014 a 2.562 en 2024, lo que ha permitido realizar 52.000 trasplantes.

Los hospitales son los encargados de ofrecer a los familiares la oportunidad de que la persona fallecida se convierta en donante, pero la mayoría de los centros se quedan solo con la parte más amarga de la donación, sin llegar a ver el resultado del trasplante. Es el caso de los hospitales no trasplantadores, aquellos que “aunque no realizan trasplantes, hacen posible que haya muchas de estas donaciones” ha valorado la ministra de Sanidad, Mónica García, en el marco del Día Nacional del Donante.

En España, existen 145 hospitales que, pese a recibir donaciones de órganos, carecen de programa de trasplante. Realizan un “papel fundamental en esta red de salvar vidas”, en palabras de la ministra, pues en ellos se ha localizado al 38% de los donantes fallecidos de los últimos 10 años.

“Es el peor momento de la familia y es un acto muy generoso”

Ana, Emeterio y la doctora
Ana, Emeterio y la doctora Yaiza Ortiz hablan sobre la donación de órganos tras el fallecimiento de Josefa. (ONT)

Son los coordinadores de trasplantes de los hospitales quienes se encargan de tratar con las familias. Una vez fallecido el paciente, deben reunirse con sus seres queridos y ofrecerles la posibilidad de que sus órganos se utilicen para salvar otras vidas, un trabajo que requiere empatía, cariño y respeto.

Emeterio y Ana tuvieron que enfrentarse a este proceso tras el fallecimiento de Josefa, esposa del primero y madre de la segunda. En vida, la mujer siempre expresó su voluntad de donar, pero muchos servicios la rechazaron por ser superviviente de cáncer de mama.

Josefa pasó mes y medio ingresada en el Hospital Príncipe de Asturias de Madrid, donde finalmente falleció. Fue Yaiza Ortiz la encargada de dar la noticia. “Para nosotros significó muchísimo, fue uno de los médicos intensivistas que nos acompañó en todo el proceso”, ha valorado Ana, que ha agradecido el cariño y respeto de la doctora, así como la paciencia para resolver todas sus dudas. “En todo momento nos dejó estar con mi madre, entramos con ella a quirófano para que no se fuera sola”, ha recordado.

Para Ortiz, “fue un caso especial”. Josefa estuvo ingresada en la UCI mes y medio hasta que se planteó la posibilidad de que se donasen sus órganos. "Entramos ofreciendo la posibilidad de que la familia cumpla el deseo en el caso de que el donante lo hubiera manifestado. Intentando hacer de la manera más cariñosa posible esto y lo más cercana posible. Es una entrevista muy dura, en el peor momento de una familia y, por su parte, un acto muy generoso“, ha valorado la médica intensivista.

“Cuando se nos ofreció la posibilidad, no lo dudamos ni un solo minuto”, ha asegurado Ana. “Ella no ha podido continuar su historia, pero gracias a ella, mucha gente ha podido continuarla”.

Una “segunda oportunidad” para miles de personas

La generosidad de estas personas ha permitido realizar más de 20.000 trasplantes, entre los que se encuentra el recibido por Xavier Caballero, vicepresidente de la Federación Española de Fibrosis Quística. Esta enfermedad degenerativa, crónica y hereditaria desgasta poco a poco los pulmones y el sistema digestivo.

Cuando el donante apareció en la vida de Xavier, llevaba 15 meses en oxigenoterapia. Era el tercer intento de encontrarle a alguien compatible y, esta vez, parecía la buena. “Apenas llegué. Tenía un 15% de capacidad pulmonar, apenas respiraba”, ha contado ante los medios.

Néstor, donante de médula, conoce a Elena, paciente con leucemia que recibió el trasplante (Ministerio de Sanidad)

El trasplante ha supuesto para él “un cambio de vida radical”. “Para mí, el ahogo era constante, la tos era continua, no podía dormir, descansar, ni siquiera podía transitar con normalidad. El trasplante ha sido un cambio a una vida no conocida anteriormente”, ha valorado. “Tanto yo como todos mis seres queridos estamos eternamente agradecidos a esa familia, honrar ese gesto que hicieron es un motivo por el cual también sobrevivimos”.