Una alarma suena día y noche durante 19 días en un barrio y los vecinos se desesperan: “Sonaba más fuerte en algunas zonas, pero no había forma de saber de dónde venía”

La señal acústica se mantuvo activa las 24 horas durante casi tres semanas, afectando el descanso, la salud mental y la vida diaria de los residentes

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Una mujer tapándose los oídos
Una mujer tapándose los oídos (Freepik)

Durante 19 días, los vecinos del barrio de La Bocca, en Cannes (Francia), vivieron bajo el sonido ininterrumpido de una alarma que no dejó de sonar ni de día ni de noche. El ruido, que comenzó el jueves 15 de mayo, generó un profundo malestar entre los residentes, muchos de los cuales llegaron a describir la situación como “un calvario”. La señal acústica cesó finalmente el lunes 2 de junio por la tarde, sin que hasta ahora se haya aclarado su origen ni los motivos por los que no se logró detener antes.

Durante casi tres semanas, el vecindario quedó atrapado en un bucle sonoro que afectó al descanso, a la vida cotidiana y al estado anímico de muchas personas. Algunos residentes, incapaces de dormir, utilizaron tapones para los oídos; otros no podían ver la televisión o trabajar con normalidad. “No escuchaba otra cosa. Dormíamos con tapones, pero ni así. Afectaba a mi estado de ánimo, ya no podía más”, explicó una vecina. Varios habitantes aseguraron haber sufrido insomnio y fatiga acumulada.

Un ruido sin fuente clara y sin solución

Pese a los esfuerzos de los vecinos por identificar de dónde provenía el ruido, la alarma seguía sin dar tregua. El sonido no era uniforme: cambiaba de intensidad según la calle o incluso el piso en el que se encontraban. Esto dificultó aún más su localización. “Intentamos buscarla varias veces, pero era imposible. Sonaba más fuerte en algunas zonas, pero no había forma de saber de dónde venía”, relató un residente.

Un hombre tapándose los oídos
Un hombre tapándose los oídos (Freepik)

El desconcierto llevó a los vecinos a organizarse. Se colocaron mensajes en espacios públicos pidiendo ayuda para localizar la alarma. En uno de los carteles podía leerse: “Una alarma emite un silbido continuo día y noche desde hace varias semanas. Si la oye con claridad, por favor llame a la policía municipal para ayudar a localizarla y detenerla”.

La respuesta institucional fue insuficiente a ojos del vecindario. Varios vecinos aseguraron haber llamado cada día a la policía municipal y a la alcaldía. Según relatan, los agentes acudieron en varias ocasiones a inspeccionar la zona, pero no consiguieron encontrar el origen del sonido. “Pensábamos que no iba a terminar nunca. Llamábamos todos los días, pero nadie lograba solucionarlo”, cuenta uno de los afectados.

El silencio regresa, pero sin explicaciones

El lunes 2 de junio por la tarde, el sonido cesó de forma repentina. La alarma se apagó sin previo aviso, para alivio de todos los residentes. Sin embargo, el barrio de La Bocca continúa sin respuestas. Nadie sabe con certeza de qué tipo de alarma se trataba ni por qué tardó tanto en ser silenciada. No se ha informado si era un sistema de seguridad privado, una instalación industrial o un dispositivo comunitario. Tampoco ha habido una explicación oficial por parte del Ayuntamiento ni de la policía local.

El episodio ha dejado una sensación de impotencia entre los vecinos, que cuestionan cómo es posible que un ruido tan constante y molesto se haya mantenido durante tanto tiempo sin que se actuase con eficacia. La experiencia ha generado inquietud sobre la capacidad de respuesta ante problemas similares. “¿Y si vuelve a pasar? Nadie nos ha dicho nada”, plantea un residente.

Aunque el barrio ha recuperado la tranquilidad, el recuerdo de las casi tres semanas de ruido sigue presente. Para muchos, la falta de explicaciones es tan perturbadora como el sonido que los mantuvo en vilo.