Los dueños de mascotas rara vez limpian este artículo: puede albergar más bacterias que el inodoro

Un estudio señaló este objeto como el cuarto más sucio de todo el hogar

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Un perro bebe agua de
Un perro bebe agua de su cuenco. (Pexels)

Tener un perro o un gato en casa es una forma de que el hogar se ensucie rápidamente. Los animales dejan pelo por todas partes y dejan restos de suciedad de la calle o, en el peor de los casos, terminan por hacer sus necesidades dentro de casa.

Pero por muy sucias que sean las mascotas, su sistema inmunitario no está preparado para enfrentarse a todos los patógenos que traen consigo y sus dueños tampoco. Por ello es importante intentar mantener una limpieza adecuada en el hogar que evite el desarrollo de virus y bacterias dentro de la casa.

Es común que los dueños de las mascotas pongan empeño en mantener los suelos desinfectados y que presten especial atención al estado de su cama y sus juguetes. Pero hay un objeto en constante contacto con las mascotas que es un foco de gérmenes y, sin embargo, pasa desapercibido la mayoría de los días: el comedero.

Los boles de las mascotas son, de hecho, de los lugares más sucios de la casa. Un estudio elaborado por la organización NSF, dedicada a certificaciones, auditorías y gestión de riesgos sanitarios; posicionó los comederos o boles de las mascotas como el cuarto objeto del hogar más sucio. De los 30 objetos cotidianos analizados entre 22 familias, los boles de los perros y gatos fueron de los que más gérmenes tenían, a veces incluso superaban los valores de los retretes.

Cómo limpiar el comedero de las mascotas

Nicolas Deswarte (@nico_veto), en un
Nicolas Deswarte (@nico_veto), en un vídeo de TikTok.

“El comedero de tu mascota es uno de los lugares más sucios de la casa”, recuerda el veterinario Nicolas Deswarte, conocido como Nico Veto (@nico_veto) en redes sociales. “Bacterias peligrosas como la salmonela y la E.coli se desarrollan rápidamente, sobre todo cuando los restos de comida permanecen en el suelo todo el día”, explica en un reciente vídeo publicado en TikTok.

En la higiene del bol, influye también el material del que esté hecho, según este experto. “Los cuencos de plástico, por ejemplo, son porosos y pueden retener muchas más bacterias que los de acero o cerámica”, asegura.

Por ello, Deswarte recomienda lavar el cuenco de la comida de las mascotas “después de cada comida”, al igual que hacemos con nuestros platos. Puede hacerse simplemente con jabón y un estropajo o, si el cuenco lo permite, meterse en el lavavajillas. Si se quiere una desinfección más a fondo, “puedes sumergirlo en agua caliente con vinagre blanco durante diez minutos o meterlo en el lavavajillas a temperatura alta”, dice el veterinario. “Te aconsejaría que tuvieras varios cuencos de acero inoxidable o cerámica, para que puedas alternar entre lavar a tu perro y a tu gato”, añade.

Desde NSF, recomiendan introducir el cuenco del perro en una mezcla de lejía y agua (un tercio de taza de lejía por cada litro de agua) durante un minuto cada semana. Si se opta por esta opción, habrá que aclarar el bol a conciencia, para evitar intoxicaciones con restos de lejía, y dejar que se seque al aire libre.