Investigan a una mujer en Valladolid por estafar a un familiar: la acusan de gastar más de 1.500 euros de su tía en el tarot

La víctima denunció cargos por servicios telefónicos en sus facturas que no tenían explicación, y la Guardia Civil descubrió que todos eran a líneas telefónicas del tarot

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Investigan a una mujer en Valladolid por estafar a una familiar. (Montaje Infobae/Pixabay)

A veces, el futuro se nos presenta muy oscuro y nos entra una necesidad imperiosa por saber qué va a ocurrir. Pero, aunque intentemos buscar soluciones para rebajar el agobio, no es excusa para llamar repetidas veces a las líneas del tarot, y cargar la factura a nombre de otra persona.

Esto ha sido lo que presuntamente ha ocurrido en un pequeño municipio de Valladolid. En La Pedraja de Portillo, el intentar predecir el futuro vía telefónica ha derivado en una investigación por estafa familiar y una víctima con su cuenta vacía. Lo que, quizás, comenzó como una pregunta inocente sobre el amor o la suerte, ha terminado en un caso policial y en un ejemplo más de cómo hasta la familia puede traicionarte.

Los cargos por servicios telefónicos sospechosos delataron al presunto culpable

La Guardia Civil de Valladolid ha abierto diligencias contra una vecina del pueblo, sospechosa de haber cometido un fraude con la tarjeta bancaria de un familiar cercano. Según han expuesto fuentes policiales, la investigación ha comenzado después de que la víctima presentara una denuncia tras notar una larga serie de cargos bancarios injustificados en su cuenta desde el mes de octubre de 2024. La cantidad defraudada supera los 1.500 euros.

Alertada por esta sucesión de movimientos sospechosos, la persona perjudicada, que padece una discapacidad auditiva y requiere ayuda cotidiana para gestionar sus asuntos, decidió avisar a la Guardia Civil. En la denuncia relató que los pagos detectados no correspondían a compras habituales, ni a recibos del gas, ni a ningún capricho espontáneo.

Eran cargos por servicios telefónicos que, a simple vista, no tenían explicación. Las primeras pesquisas permitieron comprobar que todos los cobros fraudulentos tenían un destino poco común: las líneas telefónicas del tarot.

Se ganaban la confianza de las víctimas y las engañaban simulando tener una relación amorosa para conseguir beneficios económicos (Guardia Civil)

La víctima fue traicionada por alguien de su confianza: un familiar que le ayudaba con las gestiones diarias

Según detalla una publicación de El Norte de Castilla, la Guardia Civil comenzó a rastrear estos pagos y contactó con las empresas responsables de los números del tarot implicados. Una vez que obtuvieron los registros de llamadas y los datos asociados, las piezas del puzzle encajaron: la titular de las consultas resultó ser una familiar directa de la víctima, la misma que solía asistirla en las gestiones diarias y tenía acceso autorizado a la tarjeta bancaria.

Los investigadores corroboraron que la presunta autora se había aprovechado de la posición de confianza que mantenía con la víctima. La persona defraudada, dada su limitación auditiva, otorgaba permiso a la presunta autora de los hechos para operar con sus cuentas, gestionar domicilios de recibos y ayudarla con las tareas tecnológicas, confiando plenamente en su criterio. Esta circunstancia, lejos de protegerla, la ha dejado expuesta al uso inadecuado de sus fondos por parte de alguien de su propio entorno.

El total del fraude asciende a 1.580,25 euros, distribuidos en pequeñas y medianas cantidades, todas destinadas a consultas del tarot telefónico durante varios meses. Este tipo de servicios suelen tener tarifas superiores a las de una simple llamada y, a menudo, se presentan como la solución para inquietudes personales, pero en esta ocasión la clarividencia le resultó muy cara a la víctima.