El primer ministro de Países Bajos y los ministros del PVV presentan su dimisión: se convocarán elecciones anticipadas

El primer ministro Dick Schoof ha anunciado la caída del Ejecutivo tras una reunión de urgencia del Consejo de Ministros

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El primer ministro neerlandés, Dick
El primer ministro neerlandés, Dick Schoof (REUTERS/Piroschka van de Wouw)

El primer ministro neerlandés, Dick Schoof, ha confirmado este martes la caída de su Gobierno tras una reunión del Consejo de Ministros que se ha prolongado durante casi dos horas. Todos los ministros del Partido por la Libertad (PVV), liderado por el ultra Geert Wilders, han presentado su dimisión, provocando el colapso de la coalición y forzando la convocatoria de elecciones anticipadas.

En los próximos pasos del procedimiento constitucional, Schoof se dirigirá al palacio Huis ten Bosch, en La Haya, para presentar formalmente la dimisión del gabinete al rey Guillermo Alejandro. A partir de ese momento, el Ejecutivo pasará a ser “demissionair”, es decir, un gobierno en funciones que solo podrá gestionar los asuntos ordinarios hasta la formación de uno nuevo.

El Gobierno de Schoof apenas ha durado once meses desde su toma de posesión, el 2 de julio de 2024. En las últimas décadas, solo dos ejecutivos con mayoría han tenido una vida más breve: el gabinete Balkenende I (87 días) y el Van Agt II (244 días).

Una coalición frágil desde el inicio

La coalición liderada por Schoof nació tras las elecciones generales de noviembre de 2023, en las que el PVV obtuvo una victoria histórica al convertirse en la fuerza más votada con 37 escaños. Para formar gobierno, Wilders pactó con el Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD), el Movimiento Campesino-Ciudadano (BBB) y el Nuevo Contrato Social (NSC).

Como gesto para facilitar la coalición, Wilders renunció a aspirar al puesto de primer ministro, que recayó en Dick Schoof, exjefe de los servicios de inteligencia y figura independiente. Sin embargo, el pacto nació con tensiones latentes, especialmente por las diferencias entre el PVV y sus socios sobre inmigración y asilo.

Un plan migratorio inasumible

El desencadenante de la crisis fue la presentación por parte del PVV de un plan de diez puntos para endurecer radicalmente la política migratoria neerlandesa. El documento incluía medidas como el cierre de centros de acogida, la suspensión del derecho a la reagrupación familiar para refugiados y el despliegue del ejército en las fronteras.

Las propuestas fueron inmediatamente rechazadas por el NSC y el VVD, que las consideraron contrarias al derecho internacional y a los compromisos europeos del país. Al no obtener apoyo, Wilders decidió romper con la coalición, retirando a todos los miembros de su partido del Ejecutivo.

Geert Wilders (REUTERS/Piroschka van de
Geert Wilders (REUTERS/Piroschka van de Wouw)

La dimisión en bloque del PVV deja al Gobierno sin mayoría parlamentaria y obliga a la convocatoria de nuevas elecciones, que podrían celebrarse entre septiembre y octubre. Mientras tanto, el país quedará en manos de un gabinete en funciones, limitado legalmente a asuntos de trámite.

Esta es la segunda vez en menos de dos años que un Gobierno neerlandés cae por desacuerdos sobre política migratoria. En 2023, fue la fractura del Ejecutivo de Mark Rutte la que llevó a las urnas, abriendo la puerta a la victoria de Wilders. Ahora, su abrupta salida del poder podría pasarle factura en las urnas o, por el contrario, reforzar su relato frente al electorado.

Complicaciones en el plano internacional

La crisis política estalla a pocas semanas de una cumbre clave de la OTAN que debe celebrarse en La Haya. La situación de interinidad podría debilitar la posición del país en cuestiones de defensa y relaciones exteriores en un momento de tensión internacional creciente.

La extrema derecha crece peligrosamente en Europa frente a la caída de liberales y verdes, pero los ultras no ponen de momento en peligro el proyecto europeísta.

Mientras tanto, el resto de formaciones evalúan cómo abordar la nueva campaña electoral. La líder del NSC, Nicolien van Vroonhoven, calificó la decisión del PVV como “irresponsable” y lamentó que se haya dinamitado el diálogo cuando aún había margen para el consenso.