
Los tiempos están cambiando y no necesariamente a mejor, convirtiéndose la vida en una carrera por no quedarse sin fondos, por temer por unos derechos y bienestar que generaciones inmediatamente anteriores han gozado. España pudiera servir de ejemplo, pero limitarlo a nuestro país pudiera señalar que se trata de un problema local y no global, o al menos continental. La revista Fortune publica un interesante análisis sobre Alemania, para dar luz a una realidad preocupante que no es aquí ajena.
Parte de que los boomers -generación nacida entre 1946 y 1964, en España más circunscrita al período entre 1958 y 1975-, se ven forzados a aparcar su jubilación, a volver al trabajo, porque no han ahorrado lo suficiente, al tiempo que niños de seis años van teniendo cuentas abiertas en un banco para el día que se retiren. “Con una esperanza de vida en aumento, el problema solo se agravará. Por esto, Alemania está considerando preparar a la generación Alfa para las décadas que algún día pasarán jubilados”, explica el medio.
El sistema de pensiones alemán
El sistema de pensiones en Alemania permite que los trabajadores sigan empleados más allá de la edad ordinaria de jubilación, con una bonificación del 6% por cada año adicional trabajado después de los 67 años. Esta flexibilidad se debe a un contexto en el que la economía enfrenta serios desafíos demográficos como el aumento de la esperanza de vida y el crecimiento de la población jubilada, lo que ha llevado a una evolución constante en las reglas.
El sistema de pensiones alemán se estructura en tres pilares: un nivel básico obligatorio, un nivel complementario voluntario de tipo ocupacional y un tercer nivel de pensión privada individual. El primer pilar, la pensión pública, representa aproximadamente el 37,5% del último salario del trabajador, mientras que la tasa de sustitución total, sumando los tres pilares, alcanza el 50%. El sistema público de reparto es obligatorio para todos los trabajadores, salvo los que perciben menos de 5.400 euros anuales.
La jubilación anticipada
Para acceder a la pensión pública, los trabajadores deben cumplir ciertos requisitos, entre ellos una edad mínima que ha ido incrementándose progresivamente desde 2012. Para quienes nacieron en 1964 o después, la edad ordinaria de jubilación será de 67 años a partir de 2029. Existe la posibilidad de jubilarse a los 65 años sin penalización si se acreditan al menos 45 años de cotización.
Algunas categorías de trabajadores pueden optar por la jubilación anticipada antes de la edad legal ordinaria, especialmente quienes han tenido carreras laborales extensas o han trabajado en condiciones difíciles. Actualmente, la jubilación anticipada a los 63 años está disponible para quienes nacieron antes de 1952 y han cotizado al menos 45 años. Para causar derecho a la pensión ordinaria, se exige un período mínimo de carencia de 5 años, equivalente a 60 meses de cotización.

Cómo se calcula la pensión
El cálculo de la pensión se basa en un sistema de puntos. Cada trabajador acumula ‘puntos pensionables’ en función de sus cotizaciones anuales, comparadas con la media de los ingresos de todos los contribuyentes. Al llegar la jubilación, se suman los puntos obtenidos y se multiplican por el valor de un punto, que determina el gobierno. Este método busca reflejar de manera proporcional las aportaciones realizadas durante la vida laboral.
Asimismo, los empleados no están obligados a dejar de trabajar para recibir la pensión, ya que los únicos requisitos son la edad y el período de carencia. Si se opta por la jubilación anticipada y los ingresos superan los 6.300 euros anuales, la pensión se reduce gradualmente. Una vez alcanzada la edad ordinaria de jubilación, no existe límite para los ingresos adicionales. Además, quienes continúan trabajando después de la edad ordinaria ya no tienen que cotizar a la Seguridad Social.
La generación Alfa
Cuenta Fortune que “un porcentaje significativo de jubilados de la generación X y los baby boomers están desempolvando sus trajes y volviendo al trabajo, ya que no ahorraron lo suficiente para relajarse en el contexto actual, un destino que la generación Alfa podría no tener que afrontar". La razón, como ya se ha anticipado, que los niños empiecen a ahorrar con ese fin, pero esto no quiere decir que sean sus padres quienes vayan aportando una pequeña cantidad mes a mes.

El nuevo gobierno de coalición en Alemania, encabezado por los conservadores de la CDU, de la mano de los socialistas del SPD, tiene sobre la mesa una ‘pensión de inicio temprano’, un programa de jubilación destinado a niños entre seis y 18 años. “A diferencia de los fondos de pensiones habituales, que requieren apartar parte del salario para el propio futuro, en este nuevo plan el gobierno abonaría 10 euros al mes a cada niño en edad escolar”.
10 euros por niño y mes
Durante esos 12 años, la suma ascendería a los 1.440 euros por niño una vez cumpliera los 18 años, rendimientos generados por el interés compuesto aparte. A partir de la mayoría de edad, ya tendrían que ser los jóvenes quienes tuvieran que aportar fondos propios, siempre teniendo en cuenta que ese dinero no se puede tocar hasta que alcancen la jubilación, algo que previsiblemente no ocurrirá antes de los 67 años.
“Hoy, las personas viven más tiempo de lo esperado, cuidan tanto de sus padres mayores como de la generación Z y buscan disfrutar de los frutos de su trabajo con lujosas vacaciones en lugar de quedarse inactivos”, explica Fortune. El número de mayores de 65 que sigue trabajando en Estados Unidos se ha cuadruplicado desde los 80, según el Pew Research Center. Un 20% baby boomers y miembros tardíos de la generación X están volviendo a sus empleos o se plantean hacerlo.
Una inversión
Otra vía que abre el ahorro desde una edad tan temprana es el rendimiento de ese dinero. Una experta financiera consultada por la mencionada revista apunta que los millenials podrían jubilarse siendo millonarios si aprovechan el crecimiento compuesto durante su juventud. “Ahorrar 200 euros al mes te puede cambiar la vida”, advirtió ya un popular economista español, si bien es algo más fácil de afirmar que cumplir.
La principal urgencia de quienes viven sin ese ahorro prematuro es el presente, o un precio de la vivienda disparado por quienes no necesitan un techo y las adquieren en un alto porcentaje a tocateja, para especular. En no pocos casos, la jubilación está cerca, pero antes está superar el día de mañana. Infobae lo ilustra estas últimas horas con el ejemplo de una madre en Cádiz. Es mileurista y está al borde del desahucio.
El Banco de España advierte a compradores y propietarios que la vivienda está sobrevalorada entre un 1,1% y un 8,5%. Son padres y abuelos quienes afrontan las necesidades de los hijos y los nietos, quienes hacen de colchón no en todas las ocasiones suficiente. Es por este motivo que jubilados también puedan tener la intención o la necesidad de volver a emplearse, al ver a las nuevas y ya no tan nuevas generaciones sepultadas por las deudas e incapaces con los salarios.
Entretanto, un estudio apunta que la Generación Z será la más numerosa y disruptiva de la historia: “Sus decisiones de gasto están alejándose de la vieja economía”. Lo que sea del futuro, nada está escrito.
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