Alertan de que PepsiCo ha reducido las cantidades de sus productos y aumentado los precios: Ruffles, Lays, Doritos y Cheetos afectados

Desde Facua han pedido al Gobierno que implemente cambios legislativos que obliguen a los fabricantes a informar sobre estos cambios en el etiquetado de sus productos

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Bolsas de Doritos en un
Bolsas de Doritos en un estante en un supermercado en Sarajevo, Bosnia y Herzegovina, en 2024. REUTERS/Dado Ruvic

Durante los últimos meses, la mayoría de los consumidores han estado alerta de las subidas y bajadas de los precios de los productos en los supermercados. Pero, aunque es importarte estar pendientes de cuánto nos cuesta la cesta de la compra, ahora también hay que estar atentos de cuánta cantidad viene en los envases.

Eso es lo que ha hecho Facua en su último análisis, con el que denuncian que la empresa PepsiCo ha reducido el contenido de sus productos mientras aumentaba los precios, lo que se conoce como reduflación. Así, marcas icónicas de aperitivos como Ruffles, Lays, Doritos y Cheetos están vendiendo menos producto en sus bolsas.

A raíz de estas prácticas por parte de la empresa, desde la organización también han pedido al Gobierno que implemente cambios legislativos que obliguen a los fabricantes a informar sobre estos cambios en el etiquetado de sus productos. Facua ha explicado que esta práctica, que pasa desapercibida para muchos consumidores, podría considerarse engañosa, ya que altera la percepción del valor real del producto.

Ajustes en el peso y el precio de los aperitivos: Cheetos, Ruffles y Lay’s, bajo lupa

Uno de los ejemplos más destacados es el caso de los Cheetos Gustosines. Tal y como indican en el análisis, en los últimos tres años, el formato ha pasado de un contenido de 96 gramos a 75 gramos, mientras que el precio ha subido de 1,45 euros a 1,64 euros. Esto representa un incremento en el coste por kilogramo del 44,8%.

Además, desde Facua también han identificado modificaciones similares en el formato de las patatas Ruffles sabor jamón. El formato de enero de 2022 era un paquete de 295 gramos con un precio de 2,89 euros en supermercados Carrefour. Sin embargo, para enero de 2023, el paquete se redujo a 275 gramos con un precio de 3,35 euros. Para este año el contenido ha disminuido todavía más: 243 gramos con un precio de 2,99 euros. Estos cambios han supuesto un aumento del 11% en el precio por kilo de producto.

El impacto de la reduflación también se ha observado en las Lay’s al punto de sal. A fecha de enero de 2022, estas bolsas contenían un peso de 282 gramos y un coste de 2,35 euros. En el formato actual se ha reducido a 248 gramos, mientras que el precio ha subido a 2,69 euros, lo que representa un encarecimiento del 21,8% por kilo.

Estrategia empresarial vs. Transparencia: consecuencias de la reduflación

Estos cambios no se limitan únicamente al ámbito económico, sino que también tiene implicaciones sociales y éticas. Facua sostiene que estas prácticas minan la confianza de los consumidores en las marcas y destaca la necesidad de protegerlos a través de una legislación adaptativa. La asociación ha reiterado esta petición presentando casos de reduflación en otros productos de consumo masivo, dejando claro que no es algo que únicamente hayan hecho desde la empresa PepsiCo.

Otro ejemplo que ponen es el de los Doritos Tex-Mex. Antes, el paquete contenía 260 gramos de producto a un precio de 2,89 euros. En la actualidad, el envase se ha reducido a 225 gramos, mientras que el precio ha aumentado a 2,99 euros, un incremento del 19,5% por kilo.

Expertos esperan que los precios de las frutas y verduras frescas suban debido a la creciente guerra comercial.

Aunque la reduflación sea una práctica legal, la organización insiste en que su opacidad va en contra de los principios del consumo responsable. Por eso, creen que es importante llevar a cabo una reforma que impulse a las empresas que llevan a cabo este tipo de estrategias a declarar obligatoriamente los cambios en el etiquetado. Así se brindaría una herramienta de información y protección a los consumidores.

Por último, defienden desde la asociación que la claridad es imprescindible no solo para restablecer la confianza del consumidor, sino también para promover una competencia justa en el mercado.