“Alemania nunca aceptará que abandone el territorio”: la lucha de una madre por seguir viendo a su hijo

Esta francesa está obligada a permanecer cerca de la línea divisoria para poder ver a su primogénito y sin tener la posibilidad de construir una vida estable fuera de la región

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Una madre enfrenta una lucha
Una madre enfrenta una lucha para poder ver a su hijo en Alemania. (Canva)

La vida de Séverine Breit, francesa de 43 años, se ha convertido en un ejemplo de los retos que enfrentan en ocasiones los padres en familias binacionales. Esto, además, se agrava cuando están sometidas a regímenes de custodia atravesados por la burocracia internacional. Desde 2017, la frontera entre Francia y Alemania marca el límite de la libertad de esta madre: “Siento que estoy cumpliendo una condena de prisión”, ha expresado en declaraciones recogidas por Le Parisien.

El motivo principal es la prohibición de las autoridades alemanas de que su hijo Raphaël, de 13 años, abandone el territorio alemán, lo que la obliga a organizar su vida en un perpetuo estado de tránsito y provisionalidad. Esta madre está obligada a permanecer cerca de la línea divisoria para poder ver a su primogénito, su día a día está marcado por la incertidumbre, el desarraigo y la imposibilidad de construir una vida estable fuera de la región fronteriza.

Una vida limitada a la frontera

De acuerdo con la información proporcionada por el medio Le Parisien, el régimen de visitas concede a Séverine el derecho a ver a Raphaël una semana de cada dos, pero bajo una condición estricta: siempre deben encontrarse en el pueblo del padre, en suelo alemán. La medida ha hecho que la francesa deba cruzar la frontera cada vez que le corresponde estar con su hijo, sin la posibilidad de residir en Francia o mudarse por razones personales o laborales.

Frontera alemana en la que
Frontera alemana en la que pone 'Francia'. (Canva)

En junio de 2017, esta francesa se tuvo que enfrentar una intensa experiencia en un tribunal alemán. A pesar de tener conocimiento del idioma, no pudo comprender el complejo lenguaje técnico-legal que se empleaba: “No me di cuenta de que me estaba metiendo en la boca del lobo”, ha señalado esta madre. En un rápido proceso, la justicia alemana otorgó la custodia total de su hijo, Raphaël, al padre, dejando a Séverine sin derechos sobre él.

Decidida a recuperar a su hijo, Séverine se embarcó en una ardua batalla legal. A pesar de no recibir contacto alguno de Raphaël, su búsqueda la llevó a apelar sentencias y buscar apoyo en asociaciones, políticos y otras personas que compartían su situación. Su estrategia incluyó regresar a la casa que compartía con su exmarido al alquilar un apartamento en el piso superior. Esta maniobra sorprendió a la justicia alemana, que acabó otorgándole custodia compartida, con la condición de que el menor continuara viviendo en Alemania.

Decisiones judiciales en casos internacionales

La vida de la francesa en Alemania se tornó especialmente difícil debido a las percepciones culturales. Una madre trabajadora es vista con malos ojos, y el término Rabenmutter, que se traduce como “madre cuervo” en francés, se usa para describir a una madre considerada negligente por trabajar, según ha recogido Le Parisien.

La medida de las autoridades alemanas impide que Raphaël salga del país, con el argumento de proteger sus derechos y estabilidad. Según informes, numerosos padres por toda Europa enfrentan veredictos similares en Alemania, donde las resoluciones favorecen invariablemente que los niños permanezcan en el país sin importar la nacionalidad. El Jugendamt, la oficina alemana de la juventud, defiende esta postura, asegurando que los menores tienen mejor calidad de vida en Alemania.

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La rutina de Séverine está pautada ahora por los desplazamientos, la espera y la necesidad de adaptarse a los horarios y disposiciones judiciales alemanas. La imposibilidad de llevar a su hijo a Francia ni siquiera para una breve visita. Según ha declarado a Le Parisien, esta restricción la obliga a vivir siempre preparada para marcharse, sin poder concretar ningún proyecto a largo plazo.