Esta es la razón por la que los gatos pierden las garras

Las garras se renuevan de forma periódica, pero su caída anómala puede indicar un problema de salud, según expertos

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Esta es la razón por la que los gatos pierden las garras (Pexels)

Todo dueño de un gato se ha encontrado alguna vez con una garra, o parte de ella, pegada al rascador, en una alfombra o incluso en el jardín. A primera vista, puede parecer un accidente o una señal de enfermedad, pero en la mayoría de los casos se trata de un fenómeno completamente natural: la renovación de las garras.

Las garras de los gatos, al igual que las uñas humanas, se renuevan de forma periódica a lo largo de su vida. Esta renovación es parte de un ciclo fisiológico que permite a estos felinos mantener afiladas, unas herramientas fundamentales para su supervivencia. Con cinco garras en las patas delanteras y cuatro en las traseras, el gato utiliza estas estructuras de queratina como armas de defensa y caza, pero también para trepar, rascar superficies y marcar su territorio mediante feromonas, tal y como se asegura en Tf1info.

A diferencia de los perros, los gatos tienen garras retráctiles. Pueden extenderlas o retraerlas a voluntad gracias a los músculos de sus patas, lo que les permite protegerlas del desgaste constante. Sin embargo, para mantener su funcionalidad, estas garras necesitan afilarse de forma regular, un proceso que se consigue mediante el rascado en superficies rugosas. Durante este desgaste, la parte externa de la garra, formada por queratina muerta, se desprende para dejar paso a una nueva capa más afilada.

La pérdida anómala de las garras puede estar ligada a problemas de salud

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Esta es la razón por la que los gatos pierden las garras (Pexels)

Este proceso de muda ocurre aproximadamente cada dos o tres meses, según explica la veterinaria británica Emma Roger-Smith en el blog especializado Cats. Las garras perdidas que se encuentran en casa suelen ser envolturas translúcidas, similares a una vaina, y no deberían causar alarma. Son señal de una renovación sana del organismo.

No obstante, hay situaciones en las que la pérdida de garras puede indicar un problema de salud. Si el gato pierde algo más que la capa externa, por ejemplo, si hay sangrado, cojera o signos de dolor, es posible que exista una lesión o patología subyacente. Un traumatismo durante una pelea, una garra que queda atrapada en una superficie o incluso un mal movimiento al trepar pueden arrancar parcial o totalmente una uña, generando dolor y riesgo de infección.

Existen también causas médicas que pueden explicar la pérdida anormal de garras. Las infecciones bacterianas o micóticas en el lecho ungueal, deficiencias del sistema inmunológico vinculadas a enfermedades como la leucemia felina (FeLV) o el virus de inmunodeficiencia felina (FIV), así como ciertos tipos de cáncer, pueden afectar la salud de las garras. La ansiedad, que puede llevar al lamido compulsivo, también puede debilitarlas. Y en gatos de edad avanzada, la pérdida puede producirse de manera espontánea sin necesariamente implicar una enfermedad.

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Ante la sospecha de una pérdida anómala de garras, los expertos recomiendan acudir al veterinario. Si hay herida visible, dolor evidente o si la garra se ha desprendido completamente, se trata de una urgencia. Según recoge la publicación especializada Le Mag du Chat, en estos casos se debe evitar cualquier intento de intervención doméstica. El veterinario, bajo anestesia, se encargará de limpiar la herida, suturar si es necesario y administrar tratamiento para prevenir infecciones.

También puede recomendar el uso de un collar isabelino para evitar que el gato se lama la zona afectada. Sin emabrgo, hay que evitar bajo cualquier circunstancia intentar arrancar o cortar la garra uno mismo, ya que se puede agravar el daño. Aunque algunos cuidadores están acostumbrados a cortar las uñas de sus gatos de forma preventiva, ante una garra lesionada o colgante lo más prudente es dejar la atención en manos de un profesional.