El alcalde de un pueblo se niega a dar alojamiento gratis al cura: “No se adapta a la realidad de hoy”

La ley ampara al obispado, pero el regidor se resiste ante la falta de fieles y por la pérdida económica que supondría para su ayuntamiento

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Wihr-au-Val, en Francia.
Wihr-au-Val, en Francia.

El alcalde de Wihr-au-Val, en el departamento de Alto Rin, en Francia, ha decidido incumplir la ley para poner de manifiesto lo que considera una dinámica anacrónica y que atenta contra la igualdad entre sus convecinos. Gabriel Burgard -así se llama- conoce sus responsabilidades, entre las que está dar cobijo al cura de forma gratuita en la casa parroquial. El obispado de Estrasburgo le urge a cumplir.

Burgard observa el esfuerzo de los ciudadanos para salir adelante, al tiempo que constata que en gran parte han dejado de acudir a la iglesia. Dar vivienda y de forma gratuita al recién nombrado, Gabriel Girroy, le parece injusto. “Solo quiero demostrar que no se adapta a la realidad de hoy”, ha declarado a France Info, que firma esta noticia. El regidor trata de abrir una reflexión sobre el asunto.

“Viene de la época napoleónica”

Fue en septiembre de 2024 cuando se nombró nuevo sacerdote para Soultzbach, localidad junto a Wihr-au-Val, pero allí, el alojamiento propicio para el religioso fue declarado insalubre, por lo que el obispado se dirigió a Burgard, solicitándole que habilitara la casa parroquial para que allí viva Girroy. Pero el alcalde se niega. Se agarra a que la norma que le obliga “viene de la época napoleónica”.

Iglesia y casa parroquial (justo
Iglesia y casa parroquial (justo a su derecha) de Wihr-au-Val.

Tal es la desafección, la pérdida de fieles, que si bien antaño se llenaban los templos en todos los pueblos de la zona, en la actualidad dos curas cubren diez iglesias y en particular, en Wihr-au-Val, con cerca de 1.200 habitantes, apenas se celebran cuatro misas por trimestre. “El ayuntamiento no tiene por qué hacerse cargo de los sacerdotes”, defiende el funcionario, firme.

No solo dan misa

La diócesis, ley en mano, tiene la razón. Con todo, antes de pasar a mayores ha enviado al alcalde toda la documentación a su disposición para hacerle ver que no tiene otra opción que acatar. “Desde el punto de vista jurídico, no tiene elección”, ha recordado la institución a France Info. “La ley local exige que el ayuntamiento proporcione alojamiento. El Estado de derecho también se aplica al alcalde”, ha zanjado.

Señala el obispado que medir la necesidad o no de un párroco solo por el número de misas regulares no tiene en cuenta otras funciones que realiza, como los funerales, los bautismos, trato con enfermos, confesiones o reuniones con catequistas para su formación o guía. Por su ubicación, argumenta, Wihr-au-Val tiene es el lugar idóneo para acoger a Girroy.

Gabriel Burgard, alcalde de Wihr-au-Val.
Gabriel Burgard, alcalde de Wihr-au-Val.

8.000 euros al año

Y Girroy espera. Lo hace, ya por más de seis meses, en la cercana Munster, apenas a seis kilómetros. Según el obispado, en una situación “precaria”. Comparte espacio con otro sacerdote. Él, en una habitación en el ático. Dice la institución que para disponer de wifi tiene que bajar una planta y que tiene que compartir cocina.

Entretanto, la casa parroquial de Wihr-au-Val está ocupada. Su todavía inquilino vive en ella desde 2020, alquilado. El alcalde no quiere echarlo. Además, aporta ingresos al municipio, alrededor de 8.000 euros al año. Es dinero que se perdería con Girroy, que viviría gratis.

Decidirán los tribunales

La diócesis ha llegado a ofrecer a este inquilino una alternativa más económica que la casa parroquial, pero el alcalde ha mediado para que no acepte la oferta. Ante esto, el obispado se ha dirigido a la prefectura, instancia superior, que se ha puesto en contacto con el regidor, que no cede. “No voy a cambiar de opinión, pienso llegar a los tribunales para que esto sirva de ejemplo y se cuestione la ley”.

Más de 320.000 personas marcaron de manera conjunta la 'X' de Iglesia y de fines sociales.

En efecto, será la justicia la que dicte. El obispado llevará el asunto al tribunal administrativo en próximos días. Seguramente, el alcalde tendrá que hacer lo que no quiere. Seguramente, lo que pretendía ya lo ha conseguido. Su reclamo está en portadas de medios nacionales y ya internacionales. Se trata además de un debate, pérdida de fieles o privilegios de la iglesia, que no solo afecta a Francia.