El error que hacemos todos al salir de la ducha y que es peor que echarse químicos en el pelo, según una experta

El cabello es mucho más que una cuestión estética: es una extensión de nuestro cuerpo que refleja salud y estilo de vida; por ese motivo, es fundamental cuidarlo. Sin embargo, en el día a día, muchos de nuestros hábitos, por cotidianos que parezcan, pueden estar dañándolo sin que seamos plenamente conscientes de ello.

De esta manera, pueden surgir problemas como el exceso de grasa, la sequedad, la caspa, la caída abundante o la tricoptilosis, es decir, las puntas abiertas. Además, hay épocas del año en las que es aún más importante cuidarlo desde el cuero cabelludo. En verano, con el exceso de sol, el cloro de las piscinas y la sal de la playa, este sufre mucho más.

Prestar atención al cabello no solo implica usar un buen champú o acudir a un salón de belleza de vez en cuando con profesionales en este ámbito: para cuidar el pelo es también muy importante adoptar rutinas saludables que protejan su estructura natural y respeten su ciclo de crecimiento. Pequeños gestos pueden marcar una gran diferencia a largo plazo.

Además, tomar consciencia sobre la manera en la que realizamos las tareas rutinarias relacionadas con el cabello es beneficioso porque nos permite señalar prácticas que se hacen mal y que pueden dañarlo. Así, cambios tan simples como empezar a secarlo suavemente con una toalla o utilizar un peine de púas anchas pueden mejorar la salud capilar.

Alba Gómez, del Instituto Médico Ricart, explicó recientemente en Vanitatis que una de estas costumbres puede resultar muy dañina para el pelo, aunque muchas veces ni siquiera se sea consciente: "Peinar el pelo mojado o recién lavado es un error tan grave como aplicarles tintes químicos”.

Esto se debe a que, cuando el cabello está mojado, su estructura está más vulnerable: la cutícula que lo recubre se encuentra abierta, lo que lo vuelve más frágil y propenso a romperse; así, la fibra capilar se vuelve más porosa y susceptible a las agresiones externas. Al pasarnos el cepillo con fuerza o sin el cuidado necesario, se puede generar tracción excesiva en la raíz, debilitando el folículo y favoreciendo la caída.

Además, la fricción continuada puede provocar encrespamiento, puntas abiertas, pérdida de brillo… y, en algunos casos, desequilibrios en el cuero cabelludo que derivan en problemas como la caspa o la irritación. También se pueden producir microrroturas en el pelo que, con el paso del tiempo, dañan la estructura capilar.

La forma correcta de peinar el cabello para cuidarlo en profundidad es hacerlo suavemente, siempre de abajo a arriba para ir desenredando y que se produzcan menos tirones. Además, tal y como explica la especialista, siempre es mejor cuando ya está más o menos seco.

En cuanto al tipo de peine que debe utilizarse, lo recomendable es que sea de púas anchas, ya que las finas provocan un mayor riesgo de rotura, arrancan el cabello, irritan el cuero cabelludo y, además, no son adecuadas para todo tipo de cabello. Por ejemplo, los cabellos rizados, gruesos o con tendencia a enredarse sufren mucho más con este tipo de peines.

El problema reside en que muchas personas, cuando su pelo ya está seco, encuentran dificultades para peinarlo y es por este motivo por el que prefieren hacerlo cuando todavía está mojado o húmedo. La dermatóloga Gadea Braceras, en una entrevista con La Vanguardia, explica que, en estos casos, lo mejor es aplicar siempre “una cantidad generosa de acondicionador para minimizar el daño y facilitar el deslizamiento del cepillo”.