Entramos en la lujosa casa de Makoke situada en La Finca y a la que volverá tras ‘Supervivientes’: gimnasio, piscina, cinco plantas y ascensor privado

Conocida por media España por su trabajo en televisión, donde lleva años siendo colaboradora, Makoke se ha convertido en una de las grandes sorpresas de la última edición de Supervivientes 2025. Directa, sincera y con un punto divertido, la exmujer de Kiko Matamoros sigue esforzándose para alzarse con el codiciado premio del reality, de 200.000 euros.

En España la esperan sus dos hijos, Javier Tudela y Anita Matamoros, y su nieto, además de su pareja, Gonzalo, con quien ya tiene planes de boda. Sin duda, un futuro más que apetecible que hace que la concursante se esfuerce al máximo para conseguir la cantidad y hacer que su vida sea un poco más sencilla.

Durante el concurso, en más de una ocasión ha hecho referencia su hogar, una vivienda situada en una de las zonas más exclusivas de la capital a donde seguro que tiene muchas ganas de volver. Se trata de un hogar situado en la urbanización de La Finca que también ha acaparado titulares con el paso de los años, pues fue allí donde vivió con su ex, Kiko Matamoros. Si bien durante un tiempo tuvo un anuncio de embargo, ya que habría sido el colaborador el que compró la casa, en los últimos meses llegaron a un acuerdo.

Esta vivienda tiene 600 metros cuadrados de terreno en los que se alza la vivienda propiamente dicha, repartida en cinco plantas y con ascensor propio. Más allá de habitaciones, cocina y salón, la casa destaca por tener su propio gimnasio, ubicado en el sótano.

Makoke ha compartido en sus redes sociales diferentes imágenes de su casa, pero especialmente del salón. Esto es así porque, como todo el mundo, al final este es el espacio en el que más tiempo se pasa: suele ser más amplio, presidido por un sofá cómodo y suele haber una televisión con la que entretenerse.

El espacio está presidido por un sofá modular de grandes dimensiones en color blanco roto. Esta pieza central, colocada en el eje de la estancia, permite una distribución abierta del mobiliario, favoreciendo tanto el descanso como encuentros de carácter informal.

El fondo de la sala está delimitado por una pared blanca, sobre la que se han colgado tres cuadros de estilo abstracto. Las obras, en tonos grises y negros, están compuestas por líneas curvas y formas suaves que generan un contraste visual con el resto del espacio. Esta elección contribuye a articular un eje decorativo sobre una base cromática neutra.

En el lateral de la estancia, una estantería negra de diseño abierto alberga varios objetos decorativos dispuestos de forma ordenada. La estructura metálica de la estantería queda integrada visualmente con el mobiliario contiguo.

Anexa al salón se encuentra la cocina, sin divisiones físicas entre ambas áreas. La cocina dispone de una península con taburetes altos, lo que permite aprovechar el espacio como superficie de trabajo o zona para comidas rápidas. La continuidad visual entre salón y cocina responde a un diseño abierto que evita compartimentaciones.

En las imágenes compartidas por Makoke en redes sociales se observa una habitación principal decorada en tonos claros, lo que favorece la entrada de luz. La estancia cuenta con una cama de gran tamaño con cabecero gris, dos mesitas de noche en madera clara con cajones en tono más oscuro, una lámpara pequeña y un cuadro enmarcado en madera.

Al fondo, se distingue un armario blanco y la puerta de lo que parece ser un baño privado. La distribución es funcional y mantiene la continuidad cromática con el resto de la vivienda.

Pero lo mejor está en el exterior, en el jardín. La vivienda cuenta con un amplio patio presidido por una piscina, un must para el verano. Está rodeada de un área de césped y cuenta con mobiliario específico de jardín. ¿Lo más importante? Unas cómodas tumbonas de color blanco en las que puede tomar el sol acompañada de sus hijos.