Los microplásticos también llegan a las islas Columbretes, área protegida de las costas de Castellón: “Hay concentraciones muy elevadas en el coral”

Un estudio en el que ha participado el CSIC ha recogido muestras que superan las 6.000 partículas por kilo de sedimento en el interior de las colonias de coral, cifra muy superior a la de otros puntos del Mediterráneo

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Imagen del coral ‘Cladocora caespitosa’
Imagen del coral ‘Cladocora caespitosa’ en las Islas Columbretes. (Diego Kersting)

Los microplásticos han llegado a prácticamente todos los rincones del planeta, tanto a regiones remotas como a los océanos y miles de especies del fondo marino. Ahora investigadores del Instituto de Acuicultura Torre de la Sal (IATS), que pertenece al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), han revelado en un estudio que existen “concentraciones muy elevadas” de microplásticos en las poblaciones de coral de las islas Columbretes, una reserva marina que se ubica a 60 kilómetros de las costas de Castellón.

Se trata, en concreto, del coral Cladocora caespitosa, una especie endémica del Mediterráneo capaz de formar arrecifes similares a los de mares tropicales y que actualmente se encuentra en peligro de extinción, y esta es la primera vez que se detecta este tipo de polución en él, según ha informado este martes el CSIC en un comunicado. Los investigadores han recogido muestras de sedimento en cinco puntos distintos de esta reserva natural, tanto dentro de las colonias de coral como en zonas alejadas, y todas contienen microplásticos, si bien “las concentraciones más altas se localizan dentro de las estructuras coralinas”, señala Diego Kersting, investigador del CSIC que lidera la participación del IATS en el estudio.

La investigación, publicada en la revista Marine Pollution Bulletin, indica que las concentraciones de microplásticos superan las 6.000 partículas por kilo de sedimento en el interior de las colonias de coral, con una media de 1.500 partículas en la zona donde se desarrollan, cifras que “superan con mucho los de otras zonas del Mediterráneo”, aclara Lars Reuning, investigador del Instituto de Geociencias de la Universidad de Kiel y autor de correspondencia del estudio. Un punto comparable es el Archipiélago de Cabrera, en las Islas Baleares, donde también se han detectado altas concentraciones.

“La razón sería el ‘efecto trampa’ que tienen las colonias de coral o los bosques de posidonia, una planta submarina también endémica del Mediterráneo, para retener estas partículas contaminantes que arrastra la corriente”, señala el estudio. En Columbretes “también favorece la acumulación de contaminantes la forma en C de la bahía de la Illa Grossa”, añade Reuning, si bien destaca que “en cualquier caso, es paradójico encontrar estas concentraciones de microplásticos en dos lugares tan protegidos”.

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De dónde vienen esos microplásticos

El estudio señala que el 80-90% de las partículas detectadas corresponden a microplásticos, cuyo origen se sitúa en la basura acumulada que flota en el mar y llega a las Columbretes por corrientes del norte y noreste. En el caso de los fragmentos de caucho omicrorubber, otro de los tipos de partículas detectadas, se producen por el desgaste de los neumáticos en tierra firme y llegan al mar a través de los ríos. “Este es un buen ejemplo de que la basura acaba en cualquier sitio, de la globalización de la contaminación por plásticos”, resume Kersting.

Aunque por el momento se desconocen los efectos que la acumulación de microplásticos y otras partículas pueden tener para la salud de este coral, ya que se necesitan más estudios específicos para determinarlo, sí “se sabe que puede haber efectos adversos para la salud a partir de 540 partículas por kilo seco de sedimento", y las concentraciones observadas son mucho mayores, advierte el investigador del CSIC.