La curiosa afición de la Reina Sofía que traspasa generaciones: el legado familiar que comparte con sus hijas y nietas

Según ha revelado ‘Vanitatis’, la reina emérita es una gran aficionada a la fotografía, un rasgo que han heredado sus hijas y sus nietas

Guardar
La reina Sofía y la
La reina Sofía y la infanta Cristina en una imagen de archivo. (Europa Press)

Pese a haber pasado gran parte de su vida bajo el ojo público, la reina Sofía ha sabido crear un espacio de intimidad y seguridad cuidadosamente impenetrable. Su imagen, siempre discreta y elegante, es bien conocida por los españoles, al igual que su amor por la música, la cultura y las causas solidarias. Sin embargo, hay un aspecto de su vida personal que muy pocos conocían hasta hace poco: su afición por la fotografía. Un hobby íntimo que no solo ha cultivado con dedicación durante décadas, sino que también ha compartido con sus hijas, las infantas Elena y Cristina, y que hoy parece haber heredado la nueva generación, con la princesa Leonor y la infanta Sofía.

Esta faceta desconocida de la reina emérita ha salido a la luz recientemente a raíz de la publicación de unas imágenes captadas por la princesa Leonor. En ellas, tomadas en un entorno relajado y familiar, se ve a la heredera al trono fotografiando a su hermana pequeña entre risas, en los jardines del Palacio Real. Una estampa natural y espontánea que recuerda, inevitablemente, a aquellas escenas que durante años la reina Sofía se encargó de inmortalizar cámara en mano, como narran quienes han convivido de cerca con ella.

La reina Sofía ha sido siempre una presencia constante detrás del objetivo. No había celebración familiar, encuentro privado o viaje institucional en el que no apareciera con su cámara, atenta a capturar gestos, sonrisas y miradas que luego pasaban a formar parte de su archivo personal. Un archivo que, con el tiempo, se ha convertido en un testimonio visual del recorrido vital de la familia real española.

Según afirma Vanitatis, Sofía conserva en su residencia decenas de álbumes perfectamente organizados, clasificados por fechas y ocasiones. Le gusta sentarse, con calma, a repasar esas imágenes que narran la historia íntima de los Borbón, desde los primeros pasos de sus nietos hasta momentos clave de la vida pública. Muchas de estas instantáneas, reveladas a la manera tradicional, son el resultado de una dedicación que va más allá del simple entretenimiento: son una forma de preservar la memoria, de mantener viva la esencia de la familia.

La reina Sofía, durante el acto de nombramiento de Emilio Lora-Tamayo como Rector Honorario Vitalicio de la Universidad Camilo José Cela.

Una pasión que ha sabido transmitir

Este interés por la fotografía no se ha quedado en ella. La infanta Cristina también compartió durante años esa misma pasión, utilizando una cámara más voluminosa que la de su madre antes de que los teléfonos móviles transformaran los hábitos fotográficos. Aunque ahora prefiere el formato digital, conserva muchas imágenes de sus hijos en distintos momentos de su vida, decorando con ellas su hogar. En el caso de Leonor, parece que esta afición también ha germinado. La princesa, además de posar con soltura, muestra una habilidad natural para estar del otro lado del objetivo, documentando la complicidad con su hermana.

La reina Sofía no solo retrató a su familia. Durante sus múltiples viajes oficiales y compromisos solidarios, solía llevar su cámara consigo, fascinada especialmente por la naturaleza y las escenas cotidianas que encontraba en sus recorridos. Era habitual verla en misiones humanitarias con la cámara colgada al cuello, buscando congelar instantes que consideraba valiosos. Hoy, debido a su edad y al estado delicado de salud de su hermana, la princesa Irene, a quien acompaña con frecuencia, esta práctica se ha reducido. Aun así, quienes la conocen aseguran que su archivo fotográfico sigue creciendo, aunque de forma más pausada.

Quizá lo más llamativo de este legado es que incluye también imágenes de su marido, el rey Juan Carlos I, pese a los años de distanciamiento entre ambos. Fotografías espontáneas, algunas tomadas en viajes privados, en las que se refleja la complejidad de una relación larga y llena de matices. Según Vanitatis, son imágenes que, aunque probablemente nunca se hagan públicas, representan una parte importante de la memoria visual de la familia.