El alto precio de los alquileres afecta también a los estudiantes Erasmus: priorizan las ciudades baratas con mucha oferta de alojamiento

El problema de la vivienda es una realidad en España. El precio de los alquileres sigue subiendo, y esta situación no solo golpea a los que viven en las ciudades, sino también a quienes llegan de fuera. Cada año, miles de jóvenes se mudan a las grandes urbes para poder estudiar en la universidad o vivir cerca del trabajo.

Pero, además de los jóvenes nacionales, nuestro país acoge estudiantes internacionales del programa Erasmus+. El problema no solo es que los alquileres estén por las nubes, sino que hay escasez de plazas en residencias y pisos compartidos, y que la calidad de la vivienda disponible no siempre es la más adecuada. Todo esto se ha convertido en una barrera que condiciona las decisiones de los extranjeros.

España es uno de los países que más estudiantes Erasmus recibe y envía a Europa. Durante el curso 2024-2025, un total de 118.692 personas vinculadas al ámbito educativo —entre estudiantes, docentes y personal— se han beneficiado del programa Erasmus+. Aunque las ciudades españolas que encabezan la lista de los destinos preferidos son Madrid, Barcelona y Valencia, la elección del lugar no depende solo del prestigio académico o del clima, sino que el acceso a un alojamiento asequible es un criterio cada vez más determinante.

Y es que el 58% de los estudiantes Erasmus ha asegurado que descarta automáticamente las ciudades con un coste de vida alto, según datos del último informe de Spotahome, plataforma digital especializada en el alquiler de viviendas. Entre los factores más citados por los estudiantes a la hora de descartar destinos, el precio del alquiler ocupa el primer puesto: el 64% lo percibe como el mayor obstáculo. Más allá del coste, los estudiantes valoran otros aspectos como la disponibilidad de alojamiento (26%), y la calidad o el estado de las viviendas (10%).

Los datos revelan que los jóvenes europeos han cambiado sus prioridades en los últimos años. Frente a la idea romántica de vivir una experiencia cultural en el extranjero, pesa más la necesidad de poder pagar un alquiler. Aunque, además de los precios asequibles, también está entre las preferencias el que la ciudad tenga una amplia oferta de ocio nocturno.

De hecho, el 45% de los estudiantes prioriza que el destino tenga un coste de vida accesible y un 43% reconoce que la vida social y la fiesta son factores determinantes a la hora de escoger ciudad. Solo el 12% considera relevante la oportunidad de mejorar el idioma del país de destino.

La realidad económica en la que vivimos actualmente en Europa está forzando estas tendencias. La media de una beca Erasmus ronda los 449 euros mensuales, pero en muchas ciudades europeas el precio por una habitación en un piso compartido supera con creces los 500 euros al mes. Esto obliga a los estudiantes a buscar otras alternativas para poder costearse la estancia, ya sea recurriendo al apoyo económico de sus familias o trabajando durante su tiempo libre.

En cuanto a las opciones de alojamiento, las residencias universitarias siguen siendo la elección mayoritaria, con un 53% de preferencia, seguidas de los pisos compartidos (32%). Los pisos individuales, por su precio, quedan, muy por detrás, en tercer lugar (15%). Pero incluso acceder a una residencia puede ser complicado, ya que muchas ciudades presentan una oferta limitada o suben los precios a lo largo del curso académico.

La búsqueda de alternativas ha revalorizado algunos destinos que tradicionalmente no se consideraban entre las primeras opciones. Ciudades como Granada, Sevilla o Bilbao ganan atractivo por tener un alquiler más accesible y una amplia oferta de grados universitarios.

En el contexto europeo, Italia lidera este año las preferencias de los Erasmus españoles. Roma es la que más reservas acumula, seguida de más ciudades italianas y otras portuguesas como Lisboa, Oporto o Coimbra, donde los precios son más competitivos que los de las grandes capitales del norte de Europa.

Frente a este panorama, los expertos advierten de los riesgos que conlleva dejar la búsqueda de alojamiento para última hora. Por eso, se recomienda a los estudiantes que planifiquen su estancia con antelación y que utilicen plataformas seguras para evitar estafas, ya que es un problema que se repite cada curso debido a la alta demanda y a la escasa transparencia en muchas ofertas.