Hacienda tiene una herramienta para cazarte si revendes entradas: multas de hasta 60.000 euros

Los conciertos o eventos deportivos están cada vez más demandados, dificultando mucho la posibilidad de conseguir una entrada, además de catapultar los precios. Solo hay que ver el impacto de Bad Bunny y su gira por España, que después de anunciar ocho conciertos en Madrid siguen habiendo personas que lamentan no haber logrado un ticket.

Esta situación ha hecho que la reventa de entradas se convierta en una práctica muy extendida. Algunos visionarios se adelantan y compran varias entradas cuando salen a la venta, para después venderlas a un precio superior y conseguir un beneficio. Algunos compradores, decepcionados con no haber conseguido entradas, están dispuestos a pagar precios desorbitados.

Sin embargo, la reventa puede suponer una infracción grave y conllevar una multa de decenas de miles de euros, en los peores casos. El aumento de esta práctica ha hecho que el Estado aumente la vigilancia y las medidas que tratan de evitar o sancionar el mercado ilegal de reventa.

En España, la normativa legislativa es muy clara y estricta con la venta de entradas por parte de un comprador. El Real Decreto 2816/1982, que permitió aprobar el Reglamento General de Policía de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas, estableció la ilegalidad de este mercado.

Su artículo 67.2 asegura que “queda terminantemente prohibida la venta y la reventa callejera o ambulante de localidades”. En el caso de las ventas en la calle, supone una infracción grave que puede alcanzar los 60.000 euros de sanción. En los alrededores de las salas y estadios donde se celebran los conciertos, es habitual encontrar personas que ofrecen entradas.

En el caso de las plataformas digitales, la regulación se vuelve más compleja. Cada vez existen más páginas web que venden entradas más allá del portal oficial. Su control es más complicado, ya que se agarra a las sanciones por prácticas abusivas, el engaño o la especulación. Estos motivos pueden acarrear hasta millones de euros de multa.

Más allá de los aspectos legislativos, existe otro factor importante a tener en cuenta al plantearse la reventa. Hacienda también lleva a cabo su propio control sobre la reventa de entradas, exigiendo su incorporación a la declaración de la renta, siempre que supere el precio de 2.000 euros.

Muchas personas piensan que pueden realizar esta transacción en las sombras, sin que el foco de Hacienda les ilumine mientras ejecutan la venta. Sin embargo, esto es muy complicado, pues la Agencia Tributaria cuenta con una herramienta diseñada para seguir y descubrir estos casos.

Se conoce como Web Spider, y se especializa en las inspecciones aleatorias a páginas web de segunda mano. Las webs creadas para la venta de artículos utilizados o, en el caso de las entradas, de reventa, son propensas a incluir prácticas ilegales por parte de alguno de sus usuarios, de manera que Hacienda las mira con lupa.

De esta forma, la reventa de entradas puede resultar un ingreso económico sencillo, pero también puede desembocar en un enorme problema para el vendedor. El aumento de esta acción ha hecho que se siga más de cerca en los últimos meses.