Los 5 métodos infalibles para eliminar las malas hierbas

Eliminarlas de forma eficaz y constante es clave para mantener un jardín sano

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Malas hierbas jardín. (Adobe Stock)
Malas hierbas jardín. (Adobe Stock)

Con la llegada del buen tiempo y el aumento de las temperaturas, se acerca la época en la que queremos disfrutar de nuestros jardines. La paz que sentimos al estar al aire libre sólo se ve interrumpida por la presencia de las malas hierbas. Estas plantas brotan sin que nos demos cuenta y a marchas forzadas, sobre todo, a principios de primavera, obstaculizando el crecimiento de otras y favoreciendo la propagación de enfermedades. Por ello, eliminarlas de forma eficaz y constante es clave para mantener un jardín sano.

Cuándo es el mejor momento para eliminar las malas hierbas

El momento ideal para arrancar malas hierbas es después de una lluvia o de haber regado el jardín, ya que el suelo se vuelve más blando y facilita la extracción de las raíces. Además, es importante no dejar pasar demasiado tiempo: cuanto más se retrase la eliminación, más difícil será controlar su expansión.

Cómo eliminar las malas hierbas

El momento ideal para arrancar las malas hierbas, es después de que haya llovido o hayamos regado el jardín, ya que el suelo estará más blando y podremos extraer las raíces con más facilidad. Los expertos de Kaercher recomiendan no dejar pasar demasiado tiempo, puesto que, cuanto más se retrase la eliminación, más difícil será controlar su expansión.

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Cómo eliminar las malas hierbas

Existen múltiples trucos y teorías de cómo, cuándo o de qué manera es mejor acabar con las malas hierbas. Estos son cinco métodos infalibles para poner fin a este problema.

Eliminar las malas hierbas de raíz

Una de las maneras más efectivas y tradicionales, tal y como detallan los profesionales de Roots Macaronesia, es desenterrándolas de raíz. Con la ayuda de una una pala de jardinería o rastrillo, es posible arrancarlas por completo, sobre todo, se retrase la eliminación, más difícil será controlar su expansión. Es importante eliminarlas al completo, ya que cualquier fragmento que quede en el suelo puede dar origen a un nuevo brote.

Usar una azada

Pasar la azada por las zonas desnudas del jardín ayuda a cortar las raíces superficiales de las malas hierbas y a evitar que germinen nuevas semillas. Este trabajo debe realizarse realizarse en días secos, porque las plantas removidas se deshidratan más rápido y no sobreviven.

Arrancarlas a mano, un trabajo de precisión

En días húmedos o después de regar el jardín, el suelo se ablanda y facilita la tarea de extraer malas hierbas a mano, Este método es especialmente útil para eliminar maleza que crece en las juntas del suelo o entre adoquines. En esos casos, se recomienda el uso de cuchillos viejos, hoces o raspadores de juntas. Tras la limpieza, puede aplicarse un herbicida selectivo o casero para evitar que las raíces vuelvan a brotar.

Aplicar mantillo para prevenir su aparición

Cubrir el suelo con una capa de mantillo de al menos cinco centímetros actúa como barrera física que bloquea la luz solar y reduce la germinación de semillas no deseadas. Este método, útil para superficies grandes, puede combinarse con mallas antihierbas para un mayor control. Además de impedir el crecimiento de malas hierbas, el mantillo mejora la retención de humedad y la fertilidad del suelo.

Utilizar herbicidas

Existen herbicidas de dos tipos: los selectivos, que afectan solo a ciertas especies, y los totales, que eliminan toda planta con la que entran en contacto. Estos productos deben aplicarse con precisión y solo en áreas afectadas. Para quienes prefieren evitar productos químicos, hay alternativas caseras como el vinagre, la sal o el agua hirviendo. Verter agua caliente —por ejemplo, la que sobra al hervir pasta o patatas— sobre las malas hierbas destruye sus células, aunque requiere repeticiones y algo de paciencia para ver resultados.