Las claves para saber si es un buen momento para comprar vivienda

En los últimos años, el mercado inmobiliario español ha estado en constante cambio, sobre todo en lo que se refiere a los precios de las viviendas, que no paran de subir. Sin embargo, este 2025 podría ser un año favorable para quienes estén pensando en comprarse una casa. Factores como la contención de la inflación, la estabilización de los precios y la caída del euríbor, que actualmente se sitúa cerca del 2%, han transformado las condiciones del sector tras años de inestabilidad.

Tras el impacto inicial de la pandemia en 2020, el sector experimentó un auge entre 2021 y 2022, impulsado por los bajos tipos de interés y el ahorro acumulado durante los confinamientos. Sin embargo, desde 2023 la situación ha cambiado drásticamente debido a la inflación derivada de la guerra en Ucrania y al aumento de los tipos hipotecarios. Esto ha llevado a muchos potenciales compradores a posponer su decisión de compra. Desde Wolo Rent destacan que esta incertidumbre económica y las dificultades para conseguir financiación han marcado un freno significativo en el mercado.

En 2025, las condiciones han mejorado en comparación con los años anteriores. Una de las principales razones ha sido la progresiva bajada del euríbor, que ha permitido a los bancos ofrecer hipotecas con condiciones más competitivas. Esta reducción en los tipos hipotecarios puede incrementar la capacidad de compra de aquellos que estén interesados, facilitando el acceso a la financiación en comparación con años anteriores.

Otro factor que beneficia a los compradores es el aumento en la oferta de viviendas disponibles. Muchos propietarios que habían retrasado la venta de sus inmuebles en 2023 y 2024 han decidido ponerlos en el mercado este año, lo que está generando un mayor número de opciones. Además, esta situación ha llevado a que los vendedores tengan más disposición para negociar los precios. No obstante, la construcción de nuevas viviendas sigue siendo insuficiente para cubrir completamente la demanda, lo que podría limitar el impacto de este incremento en la oferta.

Más allá de las condiciones actuales, la vivienda continúa siendo una inversión sólida a largo plazo. Según las previsiones de revalorización, los inmuebles podrían experimentar un crecimiento anual moderado de entre el 3% y el 5%. Esto convierte la compra de una propiedad en una opción atractiva tanto para quienes buscan un lugar para vivir como para aquellos interesados en destinarla al alquiler.

Además de la bajada de los tipos de interés, ojear el mercado de vivienda de segunda mano también es importante. Según un análisis de Bankinter, la oferta de vivienda nueva ha disminuido en las zonas de mayor actividad económica, lo que podría provocar un aumento en los precios de este tipo de propiedades. En contraste, el mercado de vivienda usada se muestra más estable, lo que podría ser una opción más accesible para quienes buscan una inversión en el corto plazo.

Otro aspecto relevante es la influencia de la época del año en los precios de las viviendas. La primavera y el verano suelen ser temporadas desfavorables para comprar, ya que la demanda aumenta considerablemente, lo que eleva los precios. En cambio, el otoño se presenta como el momento más adecuado para adquirir una propiedad, puesto que la demanda disminuye y los bancos suelen ofrecer mejores condiciones. Durante el invierno, aunque los precios pueden ser más negociables, las opciones disponibles suelen ser menos atractivas, porque muchas de las propiedades más deseadas ya se han vendido.

Al final, la decisión de comprar una vivienda debe basarse en una evaluación cuidadosa de las circunstancias personales y del mercado. Factores como la estabilidad laboral, los ahorros disponibles y las condiciones de financiación son determinantes. También es importante considerar el propósito de la compra, ya sea para emanciparse, adquirir una vivienda más grande o invertir en un inmueble. Cada situación requiere un enfoque diferente y una planificación adecuada para aprovechar las oportunidades que puedan surgir en el mercado inmobiliario actual.