
Como cada mañana, millones de personas se preparan su dosis de café para poder afrontar con el pie derecho el día. Tras obtener el resultado esperado se suelen desechar todos los restos de grano molino que quedan en el filtro de la máquina sin prestar especial atención. Esta sustancia, conocida como posos de café, de aspecto oscuro y textura húmeda, no son meros residuos, sino que son compuestos con fibras, minerales y cafeína, que son perfectos para una reutilización orgánica. Y es que, a pesar de que pueda parecer algo asqueroso para muchos, hay personas que lo reciclan como abono, repelente natural o, incluso, desodorante ambiental.
De esta manera, muchos hogares lo han integrado a sus rutinas de cuidado domésticas, en un contexto en el que hay una creciente preocupación por el aprovechamiento de recursos dentro de la economía circular. Sin embargo, en jardinería, su uso requiere precaución. Aunque los posos pueden beneficiar a determinadas plantas por su aporte de nitrógeno y su capacidad para mejorar la estructura del suelo, no todas las especies los toleran.
En algunos casos, su acidez o su capacidad para retener humedad puede afectar negativamente a las raíces o al equilibrio del sustrato. Por lo que es más que conveniente conocer qué especies se debilitan con la actuación de los posos de café. Concretamente, Positiva, ha destacado un total de siete plantas que deben permanecer lejos de este residuo.
¿Por qué a algunas plantas no les gustan los posos de café?

Como se ha explicado anteriormente, el nitrógeno, la acidez y la humedad que pueden contener los posos de café pueden alterar el desarrollo de diversas plantas, a pesar de que se recomienda su uso para la floración de los suelos. Asimismo, el uso excesivo de este residuo puede alterar o empobrecer notablemente los cultivos, por lo que siempre se recomienda usarlo con precaución. Sin embargo, para ciertas vegetaciones es preciso mantener cierta distancia.
Una de ellas, que cuenta con raíces sensibles, es la orquídea. Y es que, habituales en interiores, estas flores destacan por su belleza, pero también por su fragilidad. Sus raíces aéreas son extremadamente sensibles a los cambios en la humedad del sustrato. Al retener agua, los posos de café favorecen la aparición de hongos y bacterias, lo que puede causar la pudrición radicular. El resultado es un deterioro acelerado de la planta, incluso si a simple vista el suelo parece saludable.
Mientras, originaria de climas secos y terrenos calizos, la lavanda necesita suelos bien drenados y de baja acidez. La introducción de posos de café en su entorno modifica estas condiciones al acidificar el suelo, lo que interfiere en su desarrollo natural. Para mantener una lavanda saludable, se recomienda evitar abonos ácidos y, en su lugar, equilibrar el terreno con cal agrícola si es necesario. Por su parte, el romero, una planta rústica y resistente, puede adaptarse a diversas condiciones, pero sufre en suelos demasiado ácidos. Aunque podría tolerar una pequeña dosis de café diluido en agua, el uso frecuente o directo de posos compactos puede alterar el pH y reducir la absorción de nutrientes. Esto ralentiza su crecimiento y debilita su estructura.
Del mismo modo, las suculentas y los cactus, que están acostumbrados a sobrevivir en entornos áridos y con poca materia orgánica, dependen de suelos porosos y bien drenados. Los posos de café, al retener humedad, generan condiciones que favorecen la aparición de moho y enfermedades, lo que puede llevar a la pérdida de estas plantas. Es preferible emplear sustratos minerales, como arena o perlita, en lugar de compost húmedo. El anturio es una planta tropical que prospera en suelos con pH neutro o ligeramente ácido. La aplicación de posos de café eleva la acidez del sustrato, generando un entorno adverso para sus raíces. Para su nutrición, se recomienda emplear fertilizantes específicos, como aquellos a base de algas, compost bien maduro o estiércol tratado.
Conocido por su facilidad de cuidado, el pothos es una planta resistente y común en interiores. Sin embargo, su crecimiento puede verse afectado si el equilibrio del sustrato se altera. Los posos de café pueden compactar el suelo, reducir la oxigenación y modificar el pH, ralentizando su desarrollo. En general, cualquier planta que no requiera un aporte elevado de nitrógeno o que prefiera suelos alcalinos debe mantenerse alejada de los posos de café. En exceso, este fertilizante natural puede fomentar un crecimiento desproporcionado del follaje en detrimento de la floración o del fruto, además de alterar el ecosistema microbiano del suelo.
Cómo usar los posos de café con precaución
Los posos de café pueden ser beneficiosos si se usan con moderación. Se recomienda compostarlos previamente, mezclarlos con otros materiales orgánicos o probar su efecto en una pequeña área del jardín antes de aplicarlos de forma generalizada. Su uso correcto puede enriquecer el suelo, mejorar la estructura y proporcionar nutrientes a ciertas plantas, pero una mala gestión puede ser perjudicial.
Observar las necesidades específicas de cada especie es clave para un jardín saludable. Adaptar los cuidados al entorno natural de cada planta permite evitar errores comunes y sacar el máximo provecho a un residuo doméstico que, bien utilizado, puede ser un recurso valioso.
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