Una adolescente tiene dolores y los médicos le dicen que es la menstruación: tenía “un tumor del tamaño de un balón de rugby”

Durante la primera intervención, la joven empezó a sangrar y los médicos decidieron dejarla en coma inducido

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Una adolescente tiene dolores y los médicos le dicen que es la menstruación: tenía cáncer de ovario. (Canva)

Izzy Pickering, una adolescente de 14 años de Sawley, en Derbyshire (Inglaterra), fue diagnosticada con cáncer de ovario en etapa dos tras varios meses de síntomas que inicialmente fueron atribuidos a dolores menstruales.

Los síntomas de la joven comenzaron en noviembre de 2024, con un dolor de espalda, molestias abdominales y vómitos. En su primera visita a urgencias, los médicos sospecharon de apendicitis o dolor menstrual. Le recetaron antibióticos por una posible infección en el esófago y la enviaron a casa.

No obstante, su estado empeoró. Para marzo de 2025, la adolescente evitaba comer por miedo a vomitar y se sentía cada vez más débil. El 19 de ese mismo mes, sus padres decidieron llevarla nuevamente al hospital Queen’s Medical Centre, en Nottingham.

Se negaron a abandonar el centro sin una evaluación más exhaustiva. “Algo no estaba bien, conocemos a nuestra hija”, declaró su madre, Lisa Pickering, al medio The Independent.

Al día siguiente, una resonancia magnética reveló la causa: un tumor del tamaño de una pelota de rugby que empujaba sus órganos hacia atrás y se había adherido a la parte baja de su espalda, lo que explicaba sus dolores iniciales.

La operación para extirpar el tumor presentó complicaciones. Durante la intervención, Izzy comenzó a sangrar abundantemente y los médicos decidieron dejar el abdomen abierto y trasladarla a cuidados intensivos. “Tuvieron que taponarle el estómago, dejarla abierta y ponerla en UCI para detener la hemorragia”, explicó Sarahjane Giles, amiga cercana de la familia.

Izzy fue inducida a un coma durante cinco días para evitar que sus puntos se rompieran, y recibió múltiples transfusiones de sangre. Más tarde, fue intervenida nuevamente y, según los médicos, se logró extirpar todo el tumor.

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Una lenta recuperación

A mediados de abril, la adolescente comenzó una lenta recuperación: volvió a comer pequeñas cantidades y pudo dar algunos pasos. El 25 de abril inició un ciclo de quimioterapia intensivo de tres meses, con sesiones cinco días por semana.

Los médicos advirtieron que perderá el cabello y que podría infectar dificultades para tener hijos en el futuro. “Es mucho para una niña de 14 años”, señaló Giles. “Izzy es una bebé milagrosa y siempre ha querido ser enfermera de maternidad”.

El diagnóstico de Izzy ha puesto en evidencia la ausencia de un programa nacional de detección del cáncer de ovario en el Reino Unido. Según el NHS, esta enfermedad afecta principalmente a mujeres mayores de 50 años y registra unos 7.500 nuevos casos al año.

“Se oye hablar de niños con leucemia, pero no de niñas con cáncer de ovario. Queremos difundir el mensaje de que el cáncer de ovario puede afectar a niñas desde los 14 años y que no hay que dar por sentado los síntomas”, dijo su madre.

Lisa insiste en que las niñas deberían tener acceso a pruebas desde el inicio de su menstruación. “No deberían tener que esperar hasta ser sexualmente activas, ya que esto demuestra que no es necesario serlo para desarrollar cáncer en esa zona”, añadió.

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Fondo para ayudar a la familia

Mientras tanto, la comunidad se ha movilizado para apoyar a la familia Pickering. Sarahjane Giles ha organizado una campaña en GoFundMe que ya ha recaudado más de 8.000 libras (9.529,60 euros) de un objetivo de 10.500.

Además, correrá una media maratón en Carsington Water, Derbyshire, el 21 de junio para seguir recaudando fondos y concienciar sobre esta enfermedad. El dinero se destinará a pelucas para Izzy y a cubrir otros gastos del tratamiento.

A pesar del caso de Izzy, el Instituto Nacional para la Excelencia en la Salud y la Atención (NICE) mantiene que “la evidencia actual no respalda la detección del cáncer de ovario en la población, incluso en adultos, ya que no hay evidencia suficiente de que la detección reduzca la mortalidad y puede conducir a intervenciones innecesarias”.