¿Se debe declarar la compra de un coche de segunda mano?

Una de las dudas más frecuentes entre los compradores es si deben declarar la adquisición del vehículo a la Agencia Tributaria

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ARCHIVO. Un trabajador entre coches
ARCHIVO. Un trabajador entre coches de segunda mano (Reuters/Fabrizio Bensch)

Adquirir un coche de segunda mano es una opción común en España, ya sea por motivos económicos o por la búsqueda de un modelo específico que ya no se comercializa. Sin embargo, esta operación genera una serie de obligaciones fiscales y administrativas que conviene conocer. Una de las dudas más frecuentes entre los compradores es si deben declarar la adquisición del vehículo a la Agencia Tributaria. La respuesta, en términos del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), es clara: no es necesario declarar la compra de un coche de segunda mano en el IRPF.

La obligación de declarar un vehículo en el IRPF no recae en el comprador, sino en el vendedor, y solo si este ha obtenido una ganancia patrimonial. Es decir, si el coche se vende por un importe superior al precio original de compra, esa diferencia puede considerarse una ganancia sujeta a tributación. No obstante, este escenario es poco frecuente en vehículos convencionales, ya que los coches tienden a depreciarse con el tiempo. La excepción se encuentra en coches clásicos o de colección, cuyo valor puede aumentar con los años.

La ausencia de obligación de declarar el coche en la renta no exime al comprador de cumplir con otros compromisos fiscales. Uno de los principales es el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), que se aplica a las compras de vehículos usados entre particulares.

Este impuesto no se aplica si se compra el coche a un concesionario, ya que en ese caso se paga el IVA correspondiente (normalmente el 21 %, ya incluido en el precio final). Pero si la compraventa se realiza entre particulares, el comprador debe liquidar el ITP ante la comunidad autónoma correspondiente. Este impuesto varía según la región, pero suele oscilar entre el 4% y el 8% del valor del vehículo. Para formalizar el pago del ITP es necesario cumplimentar el modelo 620 (en papel) o el modelo 621 (telemático), ambos disponibles en la web de la Agencia Tributaria. El comprador debe encargarse de este trámite en un plazo breve tras la firma del contrato.

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Otros costes y trámites asociados

Aparte del ITP, el comprador debe afrontar el cambio de titularidad del vehículo. Esta gestión debe completarse en un plazo de 30 días desde la firma del contrato, y se realiza ante la Dirección General de Tráfico (DGT). Los documentos necesarios son:

  • Justificante del pago del ITP.
  • Abono de la tasa 1.5, con un coste de 55,70 euros.
  • Contrato de compraventa.
  • Permiso de circulación del vehículo.
  • Ficha técnica.
  • DNI de comprador y vendedor.

En algunos casos, especialmente si se recurre a los servicios de una gestoría, habrá que abonar también sus honorarios.

Además, si el vehículo es importado desde otro país, el comprador deberá abonar el Impuesto de Matriculación. A esto se suma el Impuesto de Circulación, que corresponde al ayuntamiento del municipio donde se empadrona el vehículo.

¿Y si decido vender el coche?

Si en el futuro decides vender el coche, es entonces cuando podría surgir la obligación de declarar la operación a Hacienda. Si lo vendes por un valor superior al de compra, deberás declarar la ganancia patrimonial en tu IRPF. Como se ha mencionado, esto no es habitual salvo en casos muy específicos.

En resumen, la compra de un coche de segunda mano no debe declararse en la renta, pero sí implica el cumplimiento de diversas obligaciones fiscales y administrativas, como el pago del ITP, el cambio de titularidad y, en ciertos casos, otros tributos asociados. Cumplir con estos pasos es esencial para evitar sanciones y asegurar que la transferencia del vehículo se realiza de forma legal.