Un adolescente de 15 años sufre un melanoma avanzado, pero el médico confunde un signo de su cáncer con un síntoma de pubertad: “Vuelve si no ha desaparecido”

La enfermedad se había extendido localmente, pero el joven pudo curarse por completo gracias a un tratamiento de inmunoterapia y cirugía

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Una doctora examinando el lunar
Una doctora examinando el lunar de un joven (Freepik)

Samuel Gee, un joven estudiante de ingeniería biomédica en Texas, tenía 15 años cuando le alertaron de una mancha en su piel que resultaba algo inusual. Se encontraba en una inspección antes de un torneo de lucha libre y le dijeron que, aunque le dejarían competir, debería ir a hacerse una revisión.

Ahora Samuel tiene 19 años y recuerda en el sitio web Today cómo, tras consultar a un dermatólogo, este le dijo que su lunar era canceroso y que tenía melanoma en etapa 3, es decir, avanzado.

Este tipo de cáncer de piel se origina en los melanocitos, que son las células responsables de producir melanina, el pigmento que da color a la piel. Aunque representa solo un pequeño porcentaje de los cánceres cutáneos, es uno de los más peligroso debido a su alta capacidad de propagación a otros órganos si no se detecta a tiempo.

Suele aparecer como un lunar nuevo o un cambio en uno ya existente: asimetría, bordes irregulares, varios colores, diámetro superior a 6 mm o evolución en forma o tamaño. De hecho, esto fue lo que le ocurrió a Samuel: “Había tenido este lunar desde que era joven, pero con los años fue creciendo. Parecía que se estaba secando”.

Episodio: Melanomas, ¿Qué observar en un lunar?

“Es solo debido a la pubertad”

Un mes antes de la celebración del torneo, el joven había notado un bulto hinchado en la parte superior de su pierna derecha y pensó que era una hernia inguinal. Tras acudir al médico, este le dijo que “probablemente era un ganglio linfático inflamado”: “Es solo debido a la pubertad. Vuelve en unas semanas si no ha desaparecido”.

Cuando el dermatólogo analizó después su lunar y se le realizó una biopsia, se confirmó que ese bulto en su pierna era causado por el melanoma: se había propagado localmente, por lo que el ganglio linfático se había hinchado. No era un signo normal del crecimiento en la adolescencia, sino un signo del cáncer que se había extendido.

Samuel comenzó entonces el tratamiento de inmunoterapia: “Me sentía un poco cansado. Tenía náuseas. Era algo cotidiano. Algunos días me sentía genial, pero otros tenía ganas de vomitar o estaba muy cansado”. En enero de 2021 le extirparon el melanoma y los ganglios linfáticos, por lo que, gracias al tratamiento y la cirugía, el joven quedó libre de cáncer.

La importancia de la prevención y el control dermatológico

Debido a la experiencia que vivió a partir de los 15 años por el diagnóstico del melanoma, Samuel ha cambiado su forma de ver la vida. Una gran parte de esa modificación de su mentalidad pasa por la consideración del protector solar, del que se considera “un fanático total” porque se ha dado cuenta de la necesidad de su uso.

Espalda de un hombre con
Espalda de un hombre con lunares (AdobeStock)

“Ahora me encanta el protector solar. Espero que la gente empiece a usarlo. Tengo una nueva perspectiva de la vida. Es muy importante cuidarse, y creo que muchos jóvenes lo descuidan”, indicó a Today.

La enfermedad que sufrió el joven estudiante, de la que actualmente está completamente curado, tiene altas tasas de curación si se detecta en etapas tempranas. Por eso, además de protegerse la piel ante la exposición del sol, también es importante el control dermatológico regular para comprobar si existen signos de esta u otra patología.