Tira unos cubitos de hielo por una tubería y causa la evacuación de cuatro edificios: los vecinos creyeron que el ruido indicaba un derrumbe

Desde el derrumbe de parte de un edificio del siglo XIX en Toulouse, en Francia, ha crecido el miedo entre los habitantes del centro histórico

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Toulouse, en Francia. (Adobe Stock)
Toulouse, en Francia. (Adobe Stock)

En la noche del 9 de marzo de 2024, se derrumbó parte de un edificio del siglo XIX en el centro de Toulouse, en el sur de Francia. El colapso afectó a los inmuebles cercanos: varias viviendas tuvieron que ser apuntalados, muchas de ellas fueron evacuadas o puestas “bajo vigilancia” y decenas de comercios cerraron. La investigación posterior del Ayuntamiento reveló que en esta hermosa ciudad medieval existen 396 edificios “debilitados”.

Esto ha hecho crecer la paranoia entre los habitantes, que temen que sus inmuebles se derrumben en cualquier momento. Y esto explica lo ocurrido esta semana, también en el centro de la llamada ‘villa rosa’, a menos de 100 metros de distancia del lugar del anterior suceso.

Todo empezó con un ruido inusual en las paredes. Una de las vecinas creyó reconocer un sonido que sugería un derrumbe inminente. Alarmada, llamó a los servicios de emergencia, y menos de una hora después, se acordonó el barrio. “Alrededor de las 14:00 horas, los bomberos vinieron al edificio. Nos pidieron que abandonáramos el lugar de inmediato. No tuvimos ni tiempo de cerrar las ventanas ni de llevarnos nuestras cosas”, ha relatado al medio local La Dépêche. La policía municipal estableció un amplio perímetro de seguridad y los servicios de emergencia procedieron a evacuar completamente otros tres edificios.

A continuación, inspeccionaron minuciosamente los inmuebles en busca de grietas, hundimientos u otras señales de peligro. No se detectaron anomalías. Poco después, las conversaciones con los vecinos revelaron la causa de la alarma: una inquilina había tirado cubitos de hielo por las tuberías, generando un ruido que la vecina interpretó erróneamente como una señal de colapso. La situación generó confusión y preocupación entre los residentes. “Estoy casi aliviada de saber que finalmente podemos regresar a casa”, ha comentado otra residente. Las verificaciones de las autoridades descartaron rápidamente cualquier riesgo, calificando el incidente como un “simple malentendido”.

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Sin acuerdo para la reconstrucción

Mientras tanto, en la parcela del edificio que se derrumbó, lo que queda del inmueble descansa sobre un entramado de vigas de madera. El plan es reconstruirlo, con una fachada idéntica a la anterior, pero con una estructura más resistente. Sin embargo, las obras se están retrasando por dos motivos. Por un lado, el perito designado por el tribunal judicial para encontrar las causas del colapso debe primero entregar su informe. Una vez establecidas las responsabilidades, la justicia deberá dictaminar. Y solo una vez abonadas las indemnizaciones, podría comenzar el proyecto.

La redacción del informe debería finalizarse este verano. El perito supone que los trabajos de renovación, realizados en 2012, y una redistribución de las buhardillas, tres años después, debilitaron considerablemente la estructura. “El muro portante no estaba suficientemente dimensionado para soportar todo eso”, ha comentado.

Pero por otro lado, los propietarios no se han puesto todavía de acuerdo. Algunos quieren renovarlo, pero otros prefieren demolerlo por completo. “Un año después, considero que esta situación no puede continuar. Deben pronunciarse para que sepamos si, sí o no, desean un proyecto de reconstrucción”, ha declarado el alcalde. “Si no se deciden, la comunidad tomará las medidas necesarias”.