La cifra récord de turistas que espera España este año la igualará a Francia y tensionará (todavía más) el mercado de la vivienda

La moderación que se esperaba en el sector tras tres años seguidos de crecimiento explosivo no ha ocurrido, y el consumo de los no residentes ha subido un 10% en el último año

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Los bañistas visitan las playas
Los bañistas visitan las playas de Benidorm, en una foto de archivo de 2023. (Joaquín Reina / Europa Press)

El récord de turistas que se espera que lleguen a España este verano y a lo largo de este año genera un tsunami de largo alcance para la economía española. Las proyecciones del sector para 2025 aseguran que está previsto que se llegue a un nuevo récord histórico de 100 millones de visitantes, respaldado por las tendencias actuales tanto en volumen de llegadas como en gasto medio por turista. Eso significaría alcanzar las cifras de Francia, donde el año pasado ya se registró el centenar de millones de visitantes internacionales y es el país europeo líder en turismo.

Con el auge de la turismofobia en muchas de las regiones más saturadas, España se enfrenta al dilema de gestionar la avalancha de turistas y el modelo turístico previstos sin que esto tense aún más el precio de la vivienda y los precios de los bienes y servicios en general para los la población local. Hay que recordar que, según el estudio más reciente de Fotocasa, el precio del alquiler se ha disparado un 12,9% en abril.

Según destaca el director de Coyuntura y Análisis Internacional de Funcas, Raymond Torres, los precios turísticos en España se han disparado, al tiempo que los problemas de vivienda se han agudizado a medida que una parte de la oferta se ha desplazado hacia el alquiler vacacional o de temporada.

Funcas, sobre datos del INE
Funcas, sobre datos del INE

Para conocer cuál es la aportación del turismo en la economía española, se pueden analizar los datos del gasto real en consumo de no residentes de enero a marzo (los últimos disponibles), y se comprueba que se incrementó por encima del 10% con respecto al año anterior y se convierte en el componente de la demanda más boyante.

Es este consumo el que compensa el debilitamiento de las exportaciones de bienes -las más afectadas por la guerra comercial con Estados Unidos y la coyuntura internacional-, ya que aporta medio punto de crecimiento agregado y se convierte en un refugio ante cualquier shock externo, como fue la crisis financiera.

Turismofobia y agotamiento de recursos

De hecho, en lo que va de año los componentes del IPC ligados al turismo se han incrementado el triple que el IPC total, como por ejemplo los paquetes turísticos, los viajes internacionales y los costes de restauración y alojamiento. Estos últimos tienen una importante incidencia en el coste de la vida de las personas que residen y trabajan en España de manera permanente.

Protesta en Arrecife, Lanzarote, contra
Protesta en Arrecife, Lanzarote, contra los impactos del turismo de masas en Canarias. (EFE/ Adriel Perdomo)

Es así como la potencia del turismo español, explica Torres, amenaza con “entorpecer” el cambio del modelo productivo, el “objeto de deseo” de la política económica española.

El dilema toma cuerpo cada vez más en las zonas más turistificadas del país. Hace unos días unas 30.000 personas salieron a la calle bajo el lema Canarias tiene un límite para manifestarse por “la especulación inmobiliaria y un modelo económico que solo genera desigualdad”.

Hasta ahora, el boom turístico no había impedido la eclosión de otros sectores como el de los servicios profesionales, de logística, tecnología y otras actividades de alto valor añadido porque el dinamismo de estos servicios no turísticos había permitido ampliar la base productiva, generando puestos de trabajo relativamente bien remunerados y aportando sustanciales excedentes externos.

Pero ahora estamos llegando al agotamiento de los recursos humanos y habitacionales y la revolución tecnológica permite buscar otras oportunidades.

Feijóo acusa al Gobierno de "turismofobia", lo que produce "inseguridad y desconfianza"

Pero el economista de Funcas advierte que la bonanza turística también puede tensionar el mercado laboral en segmentos que compiten por atraer mano de obra, sobre todo en un contexto en el que el desempleo desciende. Según Torres, la inmigración es “clave” para paliar el déficit de personal, pero su aportación se verá cada vez más limitada por la escasez de vivienda y su presencia ha pasado de crecer a tasas cercanas al 10% en 2023-2024, hasta el 5% en los trimestres más recientes, según la EPA.

A mayor tensionamiento de los precios, se estrecharía también el margen de crecimiento de las empresas de nueva creación y, al final, el propio sector turístico perdería competitividad. Pero no es un problema aislado: Grecia y Portugal tienen problemas parecidos de congestión.

Ante esta circunstancia, desde Funcas creen que aceleración de la construcción de vivienda" aliviaría los fenómenos de saturación y permitiría mantener el flujo de entrada de trabajadores extranjeros", pero en contrapartida seguiría sin alterarse el modelo productivo.

Este solo podría cambiar, según Torres, con otro tipo de turismo: una evolución “cualitativa”, que eleve las tasas turísticas - que permita que la riqueza aportada por el turismo lleve a mejoras generalizadas en el nivel de bienestar de la población local.