Este es el país en el que el latín sigue siendo el idioma oficial

Pese a que en la actualidad ha perdido su uso cotidiano y es generalmente considerada como una lengua muerta, su importancia todavía reside en algunos contextos

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Un libro con palabras en
Un libro con palabras en latín (Adobe Stock)

Pese a que en la actualidad está considerada como una lengua muerta y apenas se utiliza más allá de contados contextos relacionados con la investigación y la tradición, el latín fue durante siglos el idioma de la ciencia, la política, la religión y la cultura en Europa. Su historia se remonta al corazón del Imperio Romano, donde surgió como lengua local del Lacio —la región de Roma— y se convirtió en el vehículo de expansión de una de las civilizaciones más influyentes de la historia.

Con la consolidación del poder de Roma, el latín se extendió por toda la cuenca del Mediterráneo, desde Hispania hasta el norte de África, pasando por la Galia, Grecia y parte de Asia Menor. Tras la caída del Imperio Romano de Occidente en el año 476 d. C., el latín no desapareció, sino que evolucionó en diferentes direcciones.

Por un lado, el latín clásico, que era el más conservador y formal, se mantuvo como lengua de cultura y religión. Mientras tanto, el vulgar, que era el hablado por el pueblo, fue el que dio después origen a las lenguas romances: el español, el italiano, el francés, el portugués y el rumano.

Esto no significa que el latín desapareciese cuando comenzasen a tomar relevancia estas lenguas: durante toda la Edad Media y buena parte de la Edad Moderna, fue el idioma de las universidades, de la diplomacia y de la liturgia cristiana.

El Coliseo, en Italia, un
El Coliseo, en Italia, un vestigio del antiguo Imperio Romano (Freepik)

El latín en el siglo XXI: lengua oficial de un pequeño país

Pese a que en la actualidad el latín ha perdido su uso cotidiano, motivado esto por el hecho de que las lenguas romances con el paso del tiempo encontraron su espacio en la ciencia y la cultura (puesto que con anterioridad estos ámbitos solo estaban reservados para el latín, empleándose estas únicamente en cuestiones cotidianas e informales), todavía podría decirse que sigue vivo.

En primer lugar, porque la raíz de muchas palabras modernas proceden de él, por lo que su conocimiento es fundamental para entender de dónde viene nuestro idioma. Además, también es muy útil para aprender otras lenguas romances, ya que su sintaxis y vocabulario beben directamente del latín. En segundo lugar, porque hay un lugar concreto del planeta en el que continúa siendo idioma oficial: el Vaticano.

Este pequeño Estado enclavado en Roma se ha convertido en centro del mundo durante las últimas semanas de abril y las primeras de mayo. Con la muerte del papa Francisco el 21 de abril, la celebración del Cónclave y la elección de León XIV como nuevo Sumo Pontífice, todos los ojos estaban puestos en lo que ocurría en la Basílica San Pedro, aunque sucediese bajo un secretismo absoluto.

"¡Nunca más la guerra!", clama el papa León XIV.

El Vaticano, que es el centro neurálgico de la Iglesia Católica, es el único país del mundo que todavía mantiene el latín como lengua oficial, aunque el italiano también lo es y este es el que principalmente se utiliza en la vida diaria. Sin embargo, las encíclicas papales, las constituciones apostólicas, las bulas y otras declaraciones formales siguen redactándose en latín, además de que las misas solemnes celebradas por el papa también se ofician en este idioma.

De esta manera, se convierte en un símbolo de continuidad con la tradición de la Iglesia universal, manteniendo un lazo directo con los textos fundacionales del cristianismo. Sin embargo, las nuevas realidades de la actualidad, que no existían en el momento en el que el latín estaba en su máximo auge, impiden que los textos y la comunicación puedan realizarse de una forma completa.

Por ello, la Fundación Latinitas publicó en 1992 un diccionario de neolatín, el Lexicon Recentis Latinitatis, en el que se intenta actualizar el idioma con términos nuevos para reflejar la realidad contemporánea: por ejemplo, internet (interrete), helicóptero (helicopterum) o videojuego (computatrium ludus).