Se retira del mercado uno de los Peugeot que más ha triunfado en los últimos años: su tamaño y carrocería ya no resultan atractivos

Apenas 242 unidades matriculadas en los primeros cuatro meses del año en Francia. Con estas cifras, el adiós de la Peugeot 508 no sorprende, aunque deja un sabor agridulce entre los amantes del automóvil tradicional. El configurador de la marca del león ya no permite seleccionar ninguna versión de esta berlina, y no se trata de un fallo técnico: el pasado 16 de mayo se cerró definitivamente el plazo para realizar pedidos tanto de la variante berlina como del familiar. El ocaso de un modelo que, pese a ser alabado por la crítica especializada, nunca logró conquistar al gran público.

Lanzada con la intención de competir con modelos como la Alfa Romeo Giulia o la Ford Mondeo, la segunda generación de la Peugeot 508 no supo encontrar su hueco en un mercado cada vez más dominado por los SUV. A pesar de su notable comportamiento en carretera, su diseño elegante y la presencia de versiones híbridas enchufables y PSE de altas prestaciones, la demanda fue menguando año tras año. Su restyling de 2023, con una estética más agresiva en el frontal, no logró revertir la tendencia.

La desaparición de la 508 del catálogo de Peugeot ilustra a la perfección el declive de las berlinas tradicionales en el panorama automovilístico europeo. Ford Mondeo, Opel Insignia, Renault Talisman, incluso la propia Giulia italiana siguen caminos similares, sin renovación prevista o directamente sustituidas por crossovers. Y es que los gustos del consumidor han cambiado radicalmente: se buscan coches más altos, con imagen aventurera, aunque muchas veces ofrezcan menor dinamismo y confort que las clásicas berlinas de tres volúmenes.

En el caso de Peugeot, el éxito comercial de los SUV 3008 y 5008 —con versiones eléctricas incluidas— ha eclipsado por completo a la 508, que nunca llegó a disponer de una alternativa completamente eléctrica. En su último tramo de vida, la gama se limitaba a mecánicas térmicas e híbridas enchufables, con versiones como el diésel de 130 CV o los gasolina de hasta 225 CV, además de la prestacional PSE de 360 CV.

Aunque ya no es posible encargar una Peugeot 508 nueva, aún quedan unidades en stock disponibles en concesionarios, tanto en versión berlina como en la familiar SW. Para quienes siguen valorando las virtudes de una buena rutera, esta puede ser una oportunidad interesante. Especialmente en el mercado de ocasión, donde empiezan a aparecer modelos con pocos kilómetros y mecánicas bien valoradas como el diésel 2.0 HDI de 180 CV o los gasolina 1.6 PureTech de 180 y 225 CV.

La 508 se despide sin grandes ceremonias, dejando tras de sí una estela de reconocimiento técnico pero sin el respaldo popular necesario para su continuidad. Un coche apreciado por quienes lo han conducido, pero cada vez más desplazado en los concesionarios por modelos que se adaptan mejor a las tendencias actuales del mercado.

Los fabricantes parecen haber aprendido la lección: la nueva generación de vehículos, incluso en segmentos donde antes reinaban las berlinas, se encamina sin freno hacia el formato crossover. Y la Peugeot 508, como tantas otras, queda ya como una de las últimas representantes de una era que se apaga.