Salva, el DJ y productor musical que llevaba tres años durmiendo en Barajas: “Es imposible vivir bien si los sueldos no mejoran”

“Mucha gente ha terminado en la calle por culpa de la subida de precios de la vivienda, de la comida y de los servicios”, explica Salva

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Ahora Salva tiene trabajo y
Ahora Salva tiene trabajo y casa. (Imagen: Antena 3)

Salvador Méndez, más conocido como Salva, ha dejado atrás tres años viviendo en el aeropuerto de Barajas, donde sobrevivió en condiciones que él mismo describe como “inhumanas”. DJ y productor musical de 28 años, encontró en el aeropuerto un refugio seguro tras una espiral de exclusión que empezó tras la pandemia de COVID-19, que afectó a sus relaciones familiares y personales.

“Sufrí abandono familiar, también de amigos. Lo he intentado todo. Incluso llamé a mi madre hace poco, pero no me contestó. La única que me ha apoyado este tiempo es mi prima”, relató en programa Y ahora Sonsoles.

“Orines, basura, bichos, violencia. Hay vigilancia, pero también miedo. La gente de la calle tenemos miedo. Me han robado, he presenciado amenazas con cuchillos”, explicó Salva. Aunque dormía en la Terminal 1, donde asegura que no vio chinches, reconoció que en otras zonas la situación sanitaria es precaria.

“No es un sitio para dormir. Pero tampoco se nos puede tratar como bestias salvajes. Ninguno lo somos. Son 40 conflictivos frente a 500 personas que solo buscamos un lugar donde estar”.

Las tensiones en el aeropuerto crecen entre seguridad y sintechos

Tres años viviendo en Barajas

El joven subrayó que la falta de techo dificulta el acceso a un empleo digno. “No puedes trabajar si no tienes dónde ducharte o lavar tu ropa. Es imposible presentarte limpio o mínimamente bien”, afirmó. Salva contó que ni siquiera se permite a las asociaciones repartir bocadillos dentro del aeropuerto. “Nos prohíben el único plato de comida que alguien te puede traer. Esto debería ser una cuestión de derechos humanos”.

Entre las personas que le impactaron está su amigo Christian, un hombre francés de 69 años que lleva 18 años durmiendo en aeropuertos tras ser desahuciado. “Está en la T1, como yo. Pido ayuda para él también. Al menos un techo, un cobijo, algo digno”. Salva recordó que ha visto morir a personas en el aeropuerto: “Una mujer mayor celebró su cumpleaños con nosotros. Poco después falleció”.

Durante años en Barajas, la seguridad fue el principal motivo por el que eligió ese lugar. “Tiene videovigilancia y policía las 24 horas”, explicó, además de destacar la variedad de empresas que ofrecían alguna oportunidad de empleo: “De hecho, trabajé en una cadena de hamburguesas del aeropuerto”.

También valoró su buena conexión con la ciudad. Sin embargo, la subida de precios en vivienda, comida y servicios fue para él la causa principal que empuja a muchas personas a la calle: “Es imposible vivir bien si los sueldos no mejoran”.

Personas sin hogar durmiendo en
Personas sin hogar durmiendo en Barajas. (Imagen Cedida)

Su ángel de la guarda

El temor a un desalojo siempre está presente. En este sentido, Salva explicó que existen dos opciones para un desalojo legal: “O se nos realoja a todos en albergues o en centros de acogida, o un juez tramita una orden de expulsión. Si no se da una de esas dos opciones, no se nos puede expulsar, ya que nos amparan los derechos humanos”.

Su historia cambió gracias a la intervención de un empresario hotelero en Asturias, quien le ofreció alojamiento y empleo. “Gracias Francisco por la oportunidad”, dijo Salva, que partió hacia una nueva vida: “Es un cambio total”. Agradeció especialmente a su pareja, a quien conoció por internet y que ha sido su principal apoyo emocional: “Yo no soy el protagonista. Es ella. Me cae cada día y me da fuerzas para seguir adelante”.

“La calle no tiene sindicato. No nos representa nadie. Nadie vive en la calle porque quiere. Nadie. Poneos en nuestra piel. Pensad qué haríais si os quitaran vuestro único plato de comida, si os dejaran en la calle y nadie os viera”, sentenció Salva.