Metro de Madrid pide a los usuarios que dejen de hacer este gesto tan habitual: “Agárrate y permite que otras personas puedan hacerlo”

El Consorcio Regional de Transportes ha lanzado varias campañas apelando al comportamiento cívico como forma de mejorar la convivencia

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Imagen compartida por Metro Madrid
Imagen compartida por Metro Madrid en su campaña para concienciar sobre uno de los malos hábitos más criticados

Viajar en el metro de Madrid, una red que supera los dos millones de usuarios diarios según datos del Consorcio Regional de Transportes, puede convertirse en una experiencia incómoda cuando los malos hábitos de algunos pasajeros se imponen al civismo colectivo. Y en este terreno aún hay margen de mejora.

A pesar de las campañas institucionales para fomentar el respeto en el transporte público, prácticas cotidianas como no ceder el asiento, bloquear las puertas o comer dentro del vagón siguen siendo muy comunes entre los usuarios.

Uno de los comportamientos más señalados es el uso indebido de las barras de sujeción. Metro Madrid ha hecho un llamamiento en redes sociales para evitar esta práctica: “Por favor, no te apoyes en las barras de sujeción. Agárrate y permite que otras personas también puedan hacerlo”, ha señalado.

Apoyar la espalda en ellas impide que otras personas puedan agarrarse, especialmente en trayectos concurridos. Este gesto, que puede parecer inofensivo, genera inseguridad en momentos de frenazos o curvas.

Algunos usuarios han contestado a la publicación criticando al Consorcio por la falta de sujeciones en algunos vagones de metro, mientras que otros han mostrado su desacuerdo con este gesto tan extendido.

Mochilas de gran tamaño en hora punta o música sin auriculares

Pero esta no es la única mala práctica extendida que critican algunos usuarios. Utilizar mochilas de gran tamaño sin retirarlas dificulta el paso en vagones llenos, sobre todo en líneas como la 1 o la 6, las más transitadas del suburbano madrileño.

Trabajadores de Metro Madrid desalojan un tren atrapado en los túneles de la Línea 6. (Imágenes cedidas a Infobae España)

Otro punto de conflicto habitual es el uso del teléfono móvil sin auriculares. A pesar de que el reglamento de Metro de Madrid prohíbe expresamente reproducir sonidos que molesten a otros pasajeros, no es raro encontrar personas viendo vídeos o escuchando música en altavoz. Además, el silencio como norma no escrita también se ve alterado por conversaciones presenciales en voz alta. Algunos viajeros no dudan en compartir detalles personales sin reparar en el entorno, algo que incomoda a quienes buscan un viaje tranquilo tras una jornada laboral.

El acceso y salida del vagón también son puntos que pueden generar discusiones. Muchos usuarios se quejan de quienes intentan entrar antes de que los demás salgan, obstruyendo el flujo y generando empujones innecesarios. Lo mismo ocurre con quienes se colocan delante de las puertas sin intención de bajarse, impidiendo el tránsito fluido en estaciones clave como Sol, Moncloa o Nuevos Ministerios.

Comer en el metro es otro hábito que genera controversia. Aunque no está prohibido, el consumo de alimentos —especialmente con olores intensos— es percibido como una falta de respeto hacia el espacio común.

Civismo para mejorar la convivencia

Metro de Madrid ha impulsado en diversas ocasiones campañas de concienciación como “Gente que mola en el metro”, en las que se apelaba al comportamiento cívico como forma de mejorar la convivencia. No obstante, la persistencia de estos malos hábitos refleja que las normas básicas de respeto siguen sin cumplirse del todo.