La millonaria herencia de Manuel Torreiglesias, rostro de ‘Saber vivir’: un piso en el centro de Madrid y empresas con beneficios

El presentador gallego falleció el pasado 19 de mayo a los 84 años tras una década alejado de la pequeña pantalla

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Manuel Torreiglesias en el programa
Manuel Torreiglesias en el programa 'Saber vivir'. (TVE)

Este lunes 19 de mayo se conocía la muerte Manuel Torreiglesias, quien durante años fue presentador del espacio Saber vivir. Si bien llevaba bastante alejado de los focos, sigue siendo recordado como uno de los conductores más emblemáticos de la televisión española. Cercano, sonriente y amable, era fácil conectar con él incluso a través de la pequeña pantalla, lo que hizo que el espacio de TVE tuviera éxito durante bastantes años, de 1997 a 2009.

Manuel era un hombre discreto en lo personal, tal y como demostró cuando le invitaron a salir de TVE. La decisión —súbita y desconcertante para una audiencia que lo tenía por figura de confianza— se justificó oficialmente afirmando que el gallego habría vulnerado “normas básicas de la cadena relativas a la inserción de publicidad en los espacios”.

“El director de TVE me comunicó el despido por razones que no comparto. Por lealtad le dije que guardaría silencio”, dijo en una entrevista posterior, insistiendo en que “en mi vida he cobrado un euro que no pasase por los contratos de TVE, ni percibo ningún canon bajo cuerda, como insinúa algún periódico”.

Manuel Torreiglesias, presentador de Saber
Manuel Torreiglesias, presentador de Saber Vivir (Captura de pantalla).

Esa prudencia se veía también reflejada en su vida más privada, pues apenas hablaba de ella. Sí que se sabía que estaba casado con Concepción Martínez y que tenían una hija en común, Myriam, quien se dedica al interiorismo.

Gracias a sus muchos años de trabajo en Saber vivir, Manuel pudo acumular un buen patrimonio. Pero no solo gracias al programa, pues en su tiempo libre se dedicaba a otros quehaceres: editaba libros y hablaba en la radio. Gracias a ello, tal y como afirma Vanitatis, pudo vivir con holgura durante los últimos años.

Era dueño de un piso de lujo en la zona de la calle de Pintor Rosales, en Madrid, situada a pocos pasos del Parque del Oeste. Allí residen otros rostros conocidos como Pedro Almodóvar, que tiene una casa de 400 metros cuadrados, el cantante Antonio Carmona y su mujer, Mariola Orellana, o la modelo Eugenia Silva, entre otros.

Además, era administrador de tres empresas. La más importante, tal y como asegura el citado medio, era Breamo SL, con la que gestionaba sus inversiones patrimoniales y que en su último ejercicio (2023) contaba con un patrimonio de 6,5 millones de euros. A través de ella administra casi veinte locales, garajes y pisos repartidos entre Jávea, Madrid y su Pontedeume natal.

Manuel Torreiglesias en el programa
Manuel Torreiglesias en el programa 'Saber vivir'. (TVE)

Según los registros, también están la sociedad Saber Vivir SL, dedicada a la edición de libros, con un activo valorado en 1.371.700 euros, si bien en 2023 no registró ingresos. En paralelo, se encuentra Saber Vivir Comunicación SL, que declaró una facturación de 456.000 euros ese mismo año. En ambas empresas también participaban su hija y su yerno.

Sus últimos años lejos de TVE y la fama

El abrupto final de Saber vivir no supuso el fin de la trayectoria televisiva de Manuel Torreiglesias. Apenas unos meses después de su salida de TVE, el veterano periodista encontró un nuevo espacio en Intereconomía, donde estuvo al frente de +Vivir, un programa también centrado en la divulgación de temas de salud. Aunque no alcanzó la repercusión mediática de su anterior etapa en la televisión pública, el programa logró mantenerse en antena durante cuatro temporadas, entre 2009 y 2013.

Tras despedirse definitivamente de la pequeña pantalla, Torreiglesias no optó por la retirada. En 2019, con 78 años, contaba a La Voz de Galicia que llevaba una vida activa: asistía a clases en la Universidad para Mayores y practicaba pilates con regularidad. Preguntado por un posible regreso a televisión, se mostraba escéptico: “La tele solo quiere rostros jóvenes, lo guapo y lo atlético. A los de mi edad nos cuesta encontrar un hueco donde poder hablar”, lamentaba entonces.