El momento en el que la Policía detiene a 11 personas en Albacete y Murcia acusados de explotar sexualmente a 18 mujeres

Las víctimas, en su mayoría de origen latinoamericano, eran contactadas en sus países de origen mediante falsas promesas laborales. Las mujeres eran obligadas a trabajar 24/7

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La actuación policial se ha saldado con 11 personas detenidas y la clausura de dos burdeles

La Policía Nacional ha desmantelado una organización criminal de carácter internacional dedicada a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, prostitución coactiva, tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas. En la operación han sido liberadas 18 mujeres que eran obligadas a prostituirse en condiciones abusivas en prostíbulos de las provincias de Albacete y Murcia. La actuación policial se ha saldado con 11 personas detenidas y la clausura de dos burdeles; tres de los arrestados ya han ingresado en prisión provisional tras pasar a disposición judicial.

La investigación comenzó en junio de 2024 tras la denuncia de una mujer que alertó sobre la existencia de un entramado que podría dedicarse a la trata de mujeres. Las pesquisas confirmaron la existencia de una red criminal integrada por personas de nacionalidad española y latinoamericana, asentada en Murcia y Albacete, que captaba a mujeres extranjeras, principalmente de América Latina, en situación de vulnerabilidad social y económica.

Las víctimas eran contactadas en sus países de origen o ya en territorio europeo con falsas promesas de empleo como camareras o trabajadoras sexuales, pero las condiciones reales diferían por completo. La organización se hacía cargo de todos los gastos del viaje -billetes, reservas hoteleras, traslados-, generando así una deuda inicial de hasta 4.000 euros que las mujeres debían saldar ejerciendo la prostitución.

Una vez en los burdeles, las víctimas eran obligadas a trabajar las 24 horas del día, siete días a la semana, sin posibilidad de negarse a atender a los clientes, sometidas a amenazas constantes y bajo vigilancia estricta. Residían en los mismos locales donde eran explotadas, por los que debían pagar 60 euros diarios por el alojamiento, tres euros más por disponer de luz en sus habitaciones y cantidades adicionales por el cambio de sábanas.

El control sobre los servicios sexuales recaía sobre las responsables de los burdeles. Las víctimas no podían decidir sobre su actividad ni sobre los clientes a los que atendían. Con el objetivo de ofrecer “novedad” a los clientes habituales, una de las cabecillas de la organización se encargaba personalmente de la rotación de las mujeres y las trasladaba de forma constante entre diferentes clubes gestionados por el entramado. En varios casos, las víctimas fueron objeto de coacciones y violencia física, según se desprende de la información proporcionada por la Policía Nacional.

Actividad paralela de narcotráfico

Además de la explotación sexual, la organización mantenía actividades paralelas relacionadas con el narcotráfico. Disponía de varios domicilios donde se elaboraba y adulteraba cocaína, así como cultivos de marihuana. Las sustancias eran distribuidas en los mismos clubes de alterne, directamente suministradas por los responsables a las encargadas de los locales, quienes las almacenaban y vendían a los clientes.

En la fase final del operativo, se llevaron a cabo cinco registros simultáneos -cuatro en la provincia de Albacete y uno en Murcia- que permitieron el decomiso de tres armas de fuego, un kilo y medio de cocaína, varias bolsas de marihuana, 18.000 euros en efectivo, útiles para la preparación y venta de drogas, cuatro vehículos, teléfonos móviles y diversa documentación relevante para la investigación.

Los 11 detenidos fueron arrestados en su mayoría en Albacete (siete) y el resto en Murcia (cuatro). Entre ellos se encuentran los tres principales responsables de la red, que han ingresado ya en prisión provisional. La causa permanece abierta y bajo investigación judicial.