Dentro de la cueva más grande del mundo: las dos nuevas especies de monstruos marinos que resurgen tras 325 millones de años

Los hallazgos, realizados en el Parque Nacional de Mammoth Cave, en Estados Unidos, han sacado a luz restos fósiles de tiburones ya extinguidos

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Dos especies de tiburones habitaban
Dos especies de tiburones habitaban en Parque nacional de Mammoth Cave, en Estados Unidos. (Viaje al patrimonio/ Benji Paynose)

En las cuevas y en el fondo del mar aún son muchos los secretos que guarda la Tierra. Algunos de estos son fósiles de animales ya extinguidos. Durante un proyecto paleontológico, científicos han descubierto dos nuevas especies de tiburones que habitaban el planeta hace 325 millones de años. Estos hallazgos, realizados en el Parque Nacional de Mammoth Cave, Kentucky, y el norte de Alabama, han ofrecido nuevos conocimientos sobre la biodiversidad marina de un remoto pasado.

Según ha informado Sciencepost, estas dos nuevas especies, denominadas Troglocladodus trimblei y Glikmanius careforum, pertenecen a la familia de los ctenacanthus, ancestros de los tiburones modernos conocidos por sus características espinas dorsales en forma de peine.

Una conservación excepcional de los fósiles

Mammoth Cave, en Estados Unidos, es reconocido como el sistema de cuevas más extenso del mundo, abarcando más de 676 kilómetros y declarado por la UNESCO como patrimonio mundial. Esta vasta red subterránea no solo es notable por sus formaciones geológicas de piedra caliza, estalactitas y estalagmitas, sino también por haber servido históricamente para diversos propósitos, desde la extracción de salitre en la Guerra de Secesión hasta ser un popular destino turístico. Además, ofrece un hábitat único para criaturas adaptadas a la oscuridad, desde invertebrados hasta peces ciegos.

Parque nacional de Mammoth Cave.
Parque nacional de Mammoth Cave. (Global National Parks)

Las recientes excavaciones, parte del Paleontological Resource Inventory, se beneficiaron de la estabilidad del entorno de la cueva para preservar estos fósiles en condiciones excepcionales. Este entorno ha permitido que los restos de tiburones sean descubiertos casi intactos, ofreciendo una ventana valiosa al pasado. Según el medio Techno-Science, desde el comienzo de las excavaciones, los paleontólogos han decubierto al menos 70 especies marinas.

La formación rocosa donde se encontraron estos fósiles indica que habitaron una antigua vía marítima conectando América del Norte, Europa y el norte de África. Esta ruta desapareció con la eventual formación del supercontinente Pangea, lo que hace que estos hallazgos sean especialmente valiosos para reconstruir el mapa marino del pasado.

Representación de los ya extinguidos
Representación de los ya extinguidos animales marinos. (Julius Csotonyi/ Novataxa)

Las características de estas especies

Sciencepost ha destacado que el Troglocladodus trimblei alcanzaba longitudes de entre 3 y 3,6 metros y poseía dientes afilados, una característica distintiva que probablemente influía en su dieta y conducta depredadora. De acuerdo con la información de Techno-Science, problamente cazaba presas de tamaño moderado.

Por su parte, el Glikmanius careforum, además de su figura similar, tenía una dentadura fuerte, que le permitía alimentarse de otros tiburones, peces óseos y ortocones, los antiguos ancestros de los calamares actuales. Estas especies, aunque distantes en tiempo, compartían similitudes comportamentales con tiburones modernos como el limón o galano y el gris, sugiriendo adaptaciones para navegar en aguas costeras.

En el océano Atlántico o el mar Cantábrico hay más tiburones que en el Mediterráneo debido a su fría temperatura y a la profundidad de sus aguas. Sin embargo, raramente se acercan a la orilla

Según Sciencepost, estos descubrimientos proporcionan evidencias que enriquecen el entendimiento del pasado, permitiendo a los científicos estudiar la evolución de las especies modernas a través de sus ancestros fosilizados. Además, la nueva información sugiere que los tiburones aparecieron en el planeta antes de lo que tenía prevista la ciencia. Este tipo de investigación es crucial para comprender mejor los ecosistemas de la época y los patrones de evolución de depredadores que existieron en ambientes que hoy son radicalmente diferentes.