Una mujer de 50 años se replantea su decisión de haber viajado durante los últimos años: “Aprendo que elegir la libertad también significa elegir anclarme en nuevas formas”

Una conversación “práctica” con su padre ha hecho que se pregunte: “¿Quién recordaría mi cumpleaños sin un recordatorio en Facebook?"

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Una mujer cambia los planes
Una mujer cambia los planes de futuro tras una conversación con su padre (Facebook: Halona Black)

Halona Black, periodista independiente y nómada por elección, ha vivido los últimos años recorriendo el mundo sola, sin hijos y sin pareja. Desde 2018 ha podido viajar por una decena de países, llevando consigo una mochila abarrotada, una bolsa de lona con objetos preciados y una convicción clara: construir una vida distinta, sin ataduras. Pero la llamada reciente de su padre, en la que hablaron por primera vez sobre sus deseos para el final de la vida, despertó en ella un cuestionamiento profundo.

Mi padre, de 70 años, me hizo darme cuenta recientemente de que elegí una vida sin muchas raíces ni vínculos”, escribió Black en un artículo publicado por Business Insider. En esa conversación dominical, su padre no habló de trivialidades como suelen hacerlo. Esta vez abordó temas como el funeral, la casa familiar y las reliquias heredadas. “No fue una conversación triste, sino práctica”, recordó. Sin embargo, al colgar el teléfono, sintió pánico. “Mi padre es mi último pariente cercano. Cuando se vaya, no solo lo lloraré. Enfrentaré todo el peso de estar sola en la vida que felizmente creé”, ha razonado

“Después de cinco años, tuve que aceptar que eso nunca sucedería”

Una mujer cambia los planes
Una mujer cambia los planes de futuro tras una conversación con su padre (Facebook: Halona Black)

La historia de Halona Black no es accidental. Desde muy joven se sintió atraída por lo internacional. “A los veintipocos, me uní al Cuerpo de Paz y serví en Togo, África Occidental, donde conocí a mi ahora exmarido. Siempre soñé con viajar juntos por África con uno o dos hijos, pero el matrimonio terminó después de ocho años”, ha explicado. Más tarde, otra relación le prometió lo mismo, pero tampoco prosperó: “Después de cinco años, tuve que aceptar que eso nunca sucedería”.

A los 40 años, seguía “soltera y sin hijos”, así que se eligió a sí misma. “Me mudé al extranjero y no he parado de viajar desde entonces, construyendo una vida que amo”. Lo que comenzó como un viaje de tres meses a Tailandia, acabó convirtiéndose en una forma de vida. “He vivido en el extranjero desde 2018, viajando sola por 10 países y construyendo una vida sin hijos”. Black ha encontrado placer en las rutinas sencillas. “Casi todos los domingos, camino a la playa de Playa del Carmen, México, con un frutero de papaya, mora y plátano en mi bolso. Después de un par de horas de sol, arena y agua salada, vuelvo a casa, me ducho y llamo a mi papá”.

Sin embargo, esa conversación con su padre, marcó un antes y un después. “Durante años creí que construir una vida en el extranjero llena de amaneceres en nuevas playas y amistades entre culturas sería suficiente para el resto de mi vida. Y así fue, hasta aquella llamada del domingo”, ha expresado la periodista en su artículo. “La conversación informal de mi padre sobre la mortalidad me conmocionó. Su voz siempre ha sido un ancla, un hilo conductor que me conecta con mis raíces”. Pero, tras intercambiar pensamientos, las preguntas llegaron de golpe: “¿Quién me cuidaría cuando ya no estuviera? ¿Quién me apoyaría cuando necesitara ayuda? ¿Quién recordaría mi cumpleaños sin un recordatorio en Facebook?”.

“Necesito construir una base aún más sólida”

La ciudad española que es la más antigua de Europa: un viaje por sus 3.000 años de historia.

Fue entonces cuando se enfrentó a una nueva realidad emocional: “Me di cuenta de algo más aleccionador: las familias elegidas y las amistades vibrantes que he construido en el extranjero, tal vez no sean las que estén a mi lado cuando llegue mi momento de partir”. Pese a todo, Halona aclara: “No se trata de arrepentimiento. No me arrepiento de haber elegido la libertad, viajar ni una vida sin hijos. Estoy agradecida por la mujer en la que me he convertido.” Pero reconoce que ha llegado un nuevo capítulo en su vida, uno en el que entiende que “necesito construir una base aún más sólida”, ha concluido.

“Desde esa conversación, comencé a reimaginar mi futuro. En lugar de ir a la deriva, estoy sentando las bases para algo más permanente.” Su nuevo horizonte es San Miguel de Allende, un pueblo del centro de México conocido por su comunidad artística y ambiente local: “Sueño con comprar una casa colonial española donde guarde mi colección de hierbas medicinales en la cocina, tenga mis libros de cocina favoritos y mis memorias de viaje en la sala, y organice cenas alrededor del horno de leña para pizzas en la parte trasera". De esta manera, según su reflexión, “tener una casa me ayudará a forjar relaciones más profundas que van más allá de los compañeros de viaje pasajeros”.

También está estudiando español con más compromiso, porque “quiero conectar de verdad con los vecinos, no solo saludarlos desde el otro lado de la calle. Quiero que me inviten a cenar con mi familia y formar parte del ambiente local, no solo ser un visitante de paso”, ha explicado. Black no quiere que el miedo guíe sus decisiones, pero tampoco lo niega: “Se trata, más bien, de elegir vivir con más propósito que nunca”. Así, en un momento que se acerca a los 50, “estoy aprendiendo que elegir la libertad también significa elegir anclarme en nuevas formas. El próximo capítulo de mi vida no se tratará de vagar; se tratará de pertenecer”.