Un padre deshereda a sus hijos menores de edad tras divorciarse, pero la Justicia se lo impide: se suspendió el régimen de visitas y no hizo nada por ellos

Los documentos legales y las declaraciones recogidas reflejaron un contexto familiar marcado por el alejamiento, pero no por un comportamiento intencionalmente dañino de los hijos hacia su padre

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Caso de divorcio. (Adobe Stock)
Caso de divorcio. (Adobe Stock)

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Nº 4 de Segovia ha resuelto un complicado caso de desheredación. Se trata del testamento de Arturo, quien, tras separarse de su esposa, decidió desheredar a sus hijos Verónica y José Francisco alegando maltrato y ofensas graves. No obstante, la Justicia concluyó que no existían pruebas suficientes que justificaran tal desheredación, invalidando así la actitud tomada por el padre.

El caso comenzó cuando Arturo otorgó un testamento en 2002, año en el cual sacó a sus hijos, quienes para entonces eran menores de edad. En su disposición, justificó su acción aludiendo a ofensas graves e injurias proferidas por Verónica y José Francisco. Sin embargo, tras el fallecimiento del padre, los hijos alegaron que estas acusaciones eran infundadas y llevaron el caso a los tribunales para reclamar su legítima.

En el juicio, celebrado a principios de 2025, la defensa de los hijos centró sus argumentos en la falta de pruebas concretas que respaldaran las acusaciones de maltrato citadas en el testamento. Los documentos legales y las declaraciones recogidas reflejaron un contexto familiar marcado por el alejamiento, pero no por un comportamiento intencionalmente dañino de los hijos hacia su padre.

La custodia fue para la madre

Uno de los aspectos clave evaluados por el tribunal fue el origen del distanciamiento familiar. Según los registros presentados, este se produjo principalmente tras la separación del padre con su esposa y debido a la suspensión del régimen de visitas. Los hijos, al ser menores de edad al momento de los eventos, no podían ser considerados responsables del deterioro de la relación paternofilial. El tribunal concluyó que Arturo no había tomado medidas activas para mantener el vínculo con sus hijos, quienes quedaron bajo la custodia de la madre tras el divorcio.

Entrevista a David Jiménez, abogado especializado en herencias.

La sentencia, fechada el 19 de febrero de 2025, declaró nulas las cláusulas del testamento que desheredaban a los hijos. En sus fundamentos, se sostiene que no hubo evidencias suficientes que demuestren actitudes calificables como maltrato o injurias graves. Además, se resaltó la importancia de una interpretación restrictiva de las causas de desheredación, conforme a la jurisprudencia vigente en España.

Araceli, viuda de Arturo y hereda original del grueso del patrimonio, fue requerida a reconocer los derechos hereditarios de Verónica y José Francisco, incluyendo la correspondiente legítima. Esta decisión judicial subraya la protección de los derechos de los herederos forzosos, aun cuando existen disputas personales o familiares de por medio.

El testamento no es para represalias familiares

La sentencia también reitera el papel fundamental de los tribunales en garantizar que las disposiciones testamentarias no sean utilizadas como herramientas de represalia en situaciones de conflicto familiar. Asimismo, refuerza la noción de que los derechos hereditarios de los hijos no deben ser suprimidos de manera caprichosa o sin evidencia concluyente.

Divorcio. (Adobe Stock)
Divorcio. (Adobe Stock)

Este fallo judicial no solo resuelve un litigio particular, sino que también proporciona una guía importante sobre cómo deben tratarse las alegaciones de desheredación en el futuro. Aboga por un enfoque que privilegie el bienestar y los derechos de los hijos, especialmente en situaciones donde son vulnerables debido a su minoría de edad o a la manipulación externa en conflictos dentro del núcleo familiar.

La historia de Verónica y José Francisco es un recordatorio de que, incluso tras la muerte, las disputas familiares continúan influyendo en el destino emocional y patrimonial de los descendientes. La resolución del tribunal establece un precedente que podría influir significativamente en casos similares, promoviendo una interpretación más justa y equitativa de los derechos y responsabilidades dentro del ámbito hereditario.