
Durante un largo periodo de tiempo, los descendientes de la familia real italiana han luchado en los juzgados por obtener las joyas que, hace un siglo, pertenecieron a la misma. Pese a la insistencia y los argumentos expuestos por esta, el Tribunal de Roma ha declarado que estas joyas pertenecen al Estado.
Esta derrota ha supuesto un duro golpe para la Casa Saboya. La propuesta fue liderada por Emmanuel Filiberto de Saboya, que sería el rey en el caso de que siguiese en pie la monarquía en el país.
Sin embargo esta institución fue abolida en el año 1946, siendo derrocada mediante referéndum. Tras el resultado electoral, el monarca Humberto II, el último que hubo en Italia, llevó las joyas de la Corona al Banco de Italia.
Desde entonces, las joyas se conservan en una bóveda del Palacio Koch, sede de la entidad bancaria, que se encuentra en el número 91 de Via Nazionale, en Roma. La caja fuerte que guarda las piezas tiene hasta 11 sellos diferentes que certifican su seguridad.
Casi de manera irónica, Humbreto II le entregó las joyas a Luigi Einaudi, gobernador del Banco de Italia, quien sería el futuro presidente de la República Italiana. El pasado 15 de mayo el tribunal rechazó la petición de la familia bajo el pretexto de que no eran joyas pertenecientes a la familia, sino que están intrínsecamente ligadas al Estado.
La protesta de los Saboya
La familia se ha opuesto radicalmente a esta postura, considerando que están sufriendo una injusticia histórica. El abogado de la familia, Sergio Orlandi, ha expresado su profunda decepción ante el fallo de la corte, destacando un testimonio crucial que fue aparentemente ignorado: la anotación en el diario del propio Luigi Einaudi.
El entonces gobernador del Banco de Italia y futuro presidente de la república sugirió que las joyas podrían “considerarse no pertenecientes al Estado, sino a la familia real”. Bajo este testimonio, los Saboya alegan que la naturaleza de las joyas es de carácter real.
La familia considera que 6.732 piedras preciosas y las 2.000 perlas de este tesoro les pertenecen, alegando que tienen un alto valor simbólico y representativo para ellos. Por esta razón, el abogado ha anunciado que recurrirán el caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Mientras que los expertos catalogan este conjunto de joyas como una gran fortuna, Gianni Bulgari etiquetó esta como “bastante modesta”, dando a entender que su valor es mucho más bajo del que puede parecer. De hecho aseguró que en la actualidad valdría “unos pocos millones”.
Independientemente de su valor monetario exacto, el significado histórico y simbólico de estas joyas es innegable. Los Saboya apelan al valor sentimental, siendo para ellos un deber volver a ostentar estas joyas.
Bajo la firme creencia de recuperar las joyas, la familia deposita todas sus esperanzas en la jurisdicción del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo. De esta manera buscan terminar este ciclo de procesos judiciales en el que llevan envueltos desde el año 2021.
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