El perro Dado, ciego y sordo, fue abandonado en el bosque, rescatado por un montañero y ya tiene una nueva familia: “Con 15 años aprende las caricias”

En un rincón remoto de un bosque cercano al río Po, en Italia, un perro llamado Dado enfrentó un destino cruel. Fue dejado a su suerte, atado a un árbol con una cuerda y condenado prácticamente a una muerte segura. Los responsables le abandonaron entre los días de Navidad y Año Nuevo y seguramente no esperaban verlo de nuevo, mucho menos en portadas de periódicos. El héroe de esta historia se llama Loris Bertot, amante de la escalada y voluntario, quien le rescató. Es una información de Corriere della Sera.

De madrugada, llegó el aviso de la presencia de un perro en apuros desde una aldea cercana. Vecinos escucharon un angustioso ladrido toda la noche. Pese a la oscuridad y la frondosidad del bosque, que complicaba el acceso, hubo quienes se adentraron para tratar de dar con el animal, pero solo lo consiguió Bertot, siguiendo los ladridos. Encontró a Dado en un área poco accesible, visiblemente desorientado y con una cuerda rota alrededor de su cuello. El can, aterrado, reaccionó inicialmente con agresividad.

Bertot logró tranquilizar a Dado con muestras de cariño y logró que le siguiera. Una vez rescatado, el perro fue trasladado al refugio de perros Bibiana, donde los cuidadores temieron por su estado de salud, ya que Dado, además de ciego y sordo, presentaba signos de desnutrición, alergias en la piel y un pelaje en deplorables condiciones. Los cuidados veterinarios y el descanso proporcionado por el refugio marcaron el comienzo de su recuperación paulatina.

Aunque en un inicio Dado mostró desconfianza e intentó morder a quienes se le acercaban, empezó a adaptarse a su nueva rutina y a las caricias, que desconocía. No esperaban que pudiera ser adoptado: “No sé a quién le interesaría: es ciego, sordo, tiene unos 15 años y está aprendiendo a disfrutar de las caricias”.

Entretanto, Valentina y Moreno Marchese, residentes de Cavour, en Turín, buscaban un nuevo integrante para su familia canina tras haber perdido a su perra, Thia. Durante una visita al refugio para adoptar a una cachorra llamada Trudy, conocieron la historia de Dado. Al regresar a casa, no pudieron dejar de pensar en él. Impulsados por la empatía y el deseo de dar una segunda oportunidad, decidieron adoptar no solo a Trudy, sino también al mestizo senior, pese a lo complicada que podía ser su educación por las secuelas del pasado.

Con el paso de los días, Dado se asentó en su nuevo hogar, creando un vínculo especial con Trudy, a quien parece guiar y proteger a pesar de su limitado sentido de la vista y el oído. La pareja describe a Corriete della Sera cómo el perro rescatado recuperó peso y vitalidad, disfrutando ahora del sol y del cariño de su nueva familia. Esta simbiosis entre Dado y Trudy se extiende incluso al gato de la casa, Minù.

El relato de Dado es una llamada de alerta sobre el maltrato y el abandono. Piera Rosati, presidenta de LNDC Animal Protection, subraya el número creciente de casos similares y pide que la adopción sea la opción preferente. Adoptar, en lugar de comprar, no solo cambia la vida de un animal necesitado, sino enriquece profundamente a quienes abren sus hogares a esos seres con historias difíciles.