Historia de Eurovisión: de dónde surgió el concurso y desde cuándo se celebra

La primera transmisión de Eurovisión se inspiró en el Festival de la Canción de San Remo de Italia

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Historia de Eurovisión (Montaje Infobae,
Historia de Eurovisión (Montaje Infobae, Wikimedia Commons)

Eurovisión, el certamen de la canción más longevo y emblemático del mundo, tiene una historia fascinante que ha acompañado a Europa a lo largo de más de seis décadas. Desde su inicio en 1956, el festival ha crecido hasta convertirse en un fenómeno global que sigue siendo un referente de la música y la cultura entre los diferentes países.

Sin embargo, el evento no comenzó como el gran espectáculo que conocemos hoy, sino como un modesto experimento tecnológico, nacido de la necesidad de reconstruir lazos en un continente marcado por la Segunda Guerra Mundial.

Y es que, Europa, aunque avanzaba hacia la recuperación, seguía lidiando con las secuelas sociales y políticas del conflicto. A principios de la década de 1950, la Unión Europea de Radiodifusión (UER) estaba buscando una manera de reforzar los lazos entre los países del continente. El objetivo era fomentar la paz y la unidad, utilizando la tecnología emergente de la televisión para acercar a las naciones y crear un espacio común de intercambio cultural.

Cómo se coordinaron los primeros países para organizar la primera retransmisión en directo

En 1954, la UER propuso la retransmisión transnacional en vivo de un evento, algo nunca antes intentado. Inicialmente, el proyecto estaba enfocado en ofrecer un programa de variedades, con actuaciones circenses y acrobacias típicas de los primeros años de la televisión. Sin embargo, la propuesta italiana cambió el rumbo del proyecto: en lugar de un espectáculo de variedades, sugirieron celebrar un concurso de canciones inspirado en el Festival de la Canción de San Remo, que ya se celebraba en Italia, tal y como explica National Geographic. Así nacía la idea del Festival de la Canción de Eurovisión.

En 1955, en una reunión celebrada en Mónaco, el comité encabezado por Marcel Bezençon, Director General de la televisión suiza, aprobó la idea de crear un certamen de canciones. El evento se celebraría por primera vez en 1956 en la ciudad suiza de Lugano, con la participación de siete países: Suiza, Italia, Alemania, Francia, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo.

Una idea simple que se convirtió en un fenómeno cultural propio

Hosts Sandra Studer and Hazel
Hosts Sandra Studer and Hazel Brugger stand on stage during the first semi-final of the 2025 Eurovision Song Contest, in Basel, Switzerland, May 13, 2025. REUTERS/Denis Balibouse

La primera edición de Eurovisión fue un experimento, tanto en lo técnico como en lo organizativo. Los participantes, seleccionados por los servicios de radiodifusión de sus respectivos países, interpretaron dos canciones ante un jurado formado por portavoces de cada nación. Las reglas eran simples: cada canción debía durar no más de tres minutos y medio, y se interpretaba en vivo con una orquesta en directo. Los países podían enviar a su propio director de orquesta, aunque este era un detalle opcional.

Según recoge Eurovisión Spain, fue un periodista británico quien, de forma casual e involuntaria, bautizó coloquialmente el certamen como ‘Eurovision Song Contest’, cuando en realidad la palabra ‘Eurovisión’ aún no existía. Posteriormente, la UER adoptó oficialmente el nombre en francés, ‘Grand Prix Eurovision de la Chanson’, que reflejaba el carácter internacional del evento.

Aunque el evento fue pequeño, la idea se consolidó y creció rápidamente. El formato, que en sus primeras ediciones consistía en actuaciones en solitario, fue ampliándose para permitir la participación de grupos y coros. Durante la primera edición, los participantes interpretaron sus canciones en su lengua materna, aunque no existía una normativa estricta que lo exigiera, sino más bien una cuestión de identidad cultural.

La evolución del formato y las reglas

A medida que el festival fue ganando popularidad, las reglas y el formato fueron adaptándose para crear el espectáculo internacional que conocemos hoy. En 1957, la segunda edición del concurso introdujo una modificación importante: los jurados nacionales ahora debían emitir sus votos de manera pública, y cada país podía votar por cualquier canción, pero no por la de su propio país. Esta práctica fue consolidándose y, con los años, se fueron introduciendo otros cambios significativos.

Uno de los más importantes ocurrió a principios del siglo XXI, cuando el voto popular fue incorporado al sistema de puntuación. Esto permitió a los televidentes decantarse por sus canciones favoritas mediante teléfono o mensaje de texto, lo que abrió el concurso a una mayor participación del público. También se introdujeron semifinales, lo que permitió que un mayor número de países tuviera la oportunidad de llegar a la final.

La duración del certamen también aumentó, y lo que originalmente era un evento de una sola noche pasó a convertirse en una semana de actividades, ensayos y shows previos a la final. Este cambio contribuyó a aumentar el atractivo del festival, que pasó a convertirse en un verdadero fenómeno mediático.

El impacto global de Eurovisión

Con el paso de los años, Eurovisión dejó de ser un certamen exclusivo para países europeos. Desde la década de 2000, han comenzado a participar naciones fuera de Europa, como Australia, que debutó en 2015, y varias repúblicas exsoviéticas. A día de hoy, el festival sigue siendo un evento que no solo celebra la música, sino que también simboliza la diversidad cultural y la unidad a través de las fronteras.

Otra cuestión significativa en la actualidad son los países que componen el denominado “Big Five” (Francia, Italia, España, Alemania y Reino Unido), pues tienen asegurado un puesto en la final debido a su contribución económica a la UER. Este grupo se complementa con el país anfitrión, que también pasa directamente a la final. Sin embargo, la introducción de semifinales y el voto popular han permitido una mayor equidad y oportunidad para los países con menos tradición en el certamen.