Cómo es una vivienda sostenible y cuáles son sus características

Cada vez más ciudadanos priorizan la eficiencia energética y el uso responsable de recursos al elegir dónde vivir, en un contexto marcado por la crisis climática y el encarecimiento de la energía

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Urbanización de viviendas sostenibles. (Unsplash)
Urbanización de viviendas sostenibles. (Unsplash)

Los criterios climáticos se están volviendo un factor cada vez más prioritario en las acciones del día a día de muchos ciudadanos, desde pequeños gestos cotidianos para reducir el impacto ambiental hasta decisiones con más peso, como puede ser la compra de una vivienda. La sostenibilidad ha pasado a ser una de las cualidades más buscadas a la hora de elegir un inmueble, tanto por el ahorro económico que supone la mejora de la eficiencia energética como por las implicaciones ecológicas.

La construcción de viviendas sostenibles se realiza a través del diseño con un enfoque integral que combina criterios de eficiencia energética, uso responsable de recursos y respeto por el entorno para reducir al mínimo los efectos nocivos sobre el medio ambiente. Desde su orientación geográfica hasta la elección de materiales, todo está pensado para disminuir el consumo energético, minimizar las emisiones y promover un entorno más saludable para sus habitantes.

Métodos para mantener la temperatura interior

Una de las claves de la eficiencia energética es la capacidad de mantener la temperatura adecuada dentro de la vivienda, evitando gastar de más en climatización. Es esencial para una vivienda sostenible estar dotada de un buen aislamiento térmico en paredes, techos y suelos que permita mantener una temperatura interior estable durante todo el año sin necesidad de recurrir en exceso a sistemas de calefacción o aire acondicionado. Las ventanas de alta calidad, que reducen las pérdidas de calor, son también un refuerzo importante en este aspecto.

Para esto, es esencial contar con unos buenos materiales de construcción, pero también se presta atención en el proceso de diseño al impacto ambiental de la producción de estos. Esto incluye el uso de recursos reciclados o reciclables, o con un bajo nivel de emisiones en su proceso de fabricación. Además, se fomenta el uso de materiales locales para reducir la huella de carbono asociada al transporte.

La arquitectura bioclimática es otro de los pilares de este tipo de construcciones. El diseño arquitectónico de las viviendas sostenibles aprovecha las condiciones naturales del entorno en el que se sitúa para garantizar el confort térmico y lumínico de los habitantes. Esto puede incluir tener en cuenta la orientación respecto al sol, una especial atención al efecto de la ventilación en el inmueble o la utilización de vegetación para regular la temperatura interior.

Ahorro energético y de recursos

El uso de tecnologías de bajo consumo, combinada con las fuentes de energía renovables, promueve el ahorro energético en el uso de la vivienda. La instalación de iluminación LED o electrodomésticos eficientes, por ejemplo, se suma a la integración de sistemas de generación de energía verde propios, como los paneles solares, la aerotermia o la biomasa, para reducir al máximo el gasto energético al mismo tiempo que se asegura de que la electricidad que sí se utiliza tenga el impacto medioambiental mínimo.

Bloque de viviendas sostenibles. (Unsplash)
Bloque de viviendas sostenibles. (Unsplash)

Más allá de la luz, la sostenibilidad de una vivienda también pasa por reducir al máximo el malgaste de agua. Para ello, estos modelos alternativos de construcción suelen contar con dispositivos que limitan el caudal en grifos y duchas, cisternas de bajo consumo y, en ocasiones, sistemas de recogida de aguas pluviales o de reciclaje de aguas grises, reduciendo el desperdicio de un recurso que cada vez es más escaso.

Además, los sistemas de compostaje y reciclado ayudan a disminuir el volumen de residuos que se manda a vertederos y gestionar de forma más eficiente los desechos orgánicos y reciclables.