El truco de los pintores para quitar el moho de las paredes: limpieza, imprimación y buena ventilación

Se debe seguir una serie de pasos para eliminar el moho y asegurar que no vuelva a salir

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girl kills mold at home
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El moho en las paredes es uno de esos problemas que aparecen casi sin aviso y que cuesta bastante eliminar del todo. Suele instalarse en estancias húmedas, con poca ventilación, y cuando ya ha dejado manchas negras o verdosas en esquinas, techos o juntas, no basta con pasar un trapo o pintar por encima. Por eso, quienes se dedican a pintar y reformar interiores tienen ya interiorizado un método que va más allá de la estética: se trata de cortar el problema desde la raíz, con algunos pasos muy concretos que repiten en casi todas las viviendas donde el moho se ha convertido en un invitado fijo.

Los pasos esenciales

Según informan desde Laci News, el primer paso es la preparación de la superficie. Antes de abrir una lata de pintura, la pared tiene que estar limpia y, sobre todo, seca. Si hay moho, debe eliminarse por completo. Una de las mezclas más utilizadas en estos casos es la de agua con ácido oxálico, que ayuda a desincrustar la suciedad pegada sin necesidad de productos abrasivos. Es importante adaptarla al tipo de superficie, ya que no todas reaccionan igual. Una limpieza superficial puede disimular el problema unos días, pero no lo soluciona.

Una vez limpia la pared, el siguiente paso es la imprimación. No es un detalle menor. La imprimación actúa como una barrera contra la humedad y permite que la pintura que se aplique después se adhiera mejor y dure más tiempo. Es una fase que suele pasarse por alto, especialmente en trabajos rápidos o caseros, pero que resulta esencial para evitar que el moho vuelva a salir al poco tiempo.

Después llega la elección de la pintura. No todas sirven para todo. En zonas con humedad constante, como baños o cocinas, se recomienda utilizar pinturas antimoho, que llevan aditivos que ayudan a prevenir la aparición de hongos y bacterias. Además, resisten mejor las condiciones de vapor y condensación. Aplicarlas en los meses más secos del año también puede ayudar, ya que el secado es más rápido y uniforme.

Además de la pintura, los acabados también juegan su papel. El uso de papel tapiz transpirable, por ejemplo, permite que el vapor escape en lugar de quedarse acumulado en la superficie. Este tipo de soluciones puede ser útil en estancias como lavanderías o sótanos, donde la ventilación natural es limitada. En esos casos, instalar sistemas de ventilación mecánica puede marcar la diferencia.

La impermeabilización también es una herramienta clave. Especialmente en viviendas situadas en zonas húmedas o en plantas bajas, aplicar productos impermeabilizantes adecuados al tipo de superficie puede evitar la filtración de agua desde el exterior o desde capas internas. La aplicación debe ser uniforme y siguiendo las instrucciones del fabricante, ya que una cobertura insuficiente puede hacer que el tratamiento pierda eficacia.

Por último, no conviene olvidarse de las tuberías. Las fugas pequeñas o las instalaciones deterioradas pueden ser la causa de la humedad que da lugar al moho. Así que lo mejor será revisar el estado de la fontanería de forma periódica y hacer reparaciones a tiempo, para asegurar que se puede prevenir el problema y no acaba por ser necesario encontrar soluciones de emergencia.