Una pareja de jubilados de 81 y 86 años compra su primera vivienda gracias a sus hijos: “Mamá, nos ayudaste mucho, es justo que nosotros también hagamos lo mismo”

Para Dominique, la compra de su primer piso es mucho más que un logro material, “es la culminación de nuestra vida juntos”

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Una pareja de jubilados de
Una pareja de jubilados de 81 y 86 años compra su primera vivienda gracias a sus hijos. (Montaje Infobae / Canva)

Benoît y Dominique Sagona son una pareja de jubilados que han vivido durante más de 20 años en una vivienda social en Besançon (Doubs). Nunca imaginaron que ahora, a sus 81 y 86 años, tendrían la oportunidad de convertirse en propietarios de su propia casa. A lo largo de toda su vida, han trabajado muy duro y han sacado adelante a sus hijos, superando muchos desafíos personales, pero la idea de comprar un piso siempre les pareció un sueño muy difícil de conseguir. Gracias al apoyo incondicional de sus hijos, su deseo de tener una vivienda en propiedad se ha hecho realidad.

Esta nueva aventura de Benoît y Dominique no ha surgido de la noche a la mañana. Porque, en lugar de esperar que la suerte les sonriera, la pareja comenzó a trabajar por su sueño cuando su hijo menor, un informático que vive en Suiza, les empujó a hacerlo. “Cuando nos habló del proyecto inmobiliario nos dimos cuenta de que no estábamos tan lejos de conseguirlo. Con algo de ayuda, ¡pudimos hacerlo!”, recuerda Benoît en el medio digital FranceInfo.

Motivados por esta nueva perspectiva, la pareja empezó a explorar el mercado inmobiliario, aunque con un presupuesto ajustado. La búsqueda les llevó a encontrar un piso de 93 metros cuadrados, cerca de su antigua casa, con ascensor y dos plazas de aparcamiento. Sin embargo, el precio superaba lo que habían ahorrado.

Un regalo familiar que hace realidad un sueño: “Es la culminación de nuestra vida juntos”

El siguiente paso fue decisivo: una llamada telefónica de su hijo pequeño, que les ofreció ayudarles económicamente para hacer realidad su sueño. “Somos copropietarios, un 80% para nosotros y un 20% para él”, ha explicado Benoît. Esta adquisición, que llegó como un regalo para celebrar su 62º aniversario de bodas, marcó un antes y un después en una vida llena de esfuerzo y sacrificios. A pesar de la edad, la pareja ha logrado algo que les parecía impensable.

Para Dominique, que llevaba soñando con este momento desde siempre, la compra de su primer piso es mucho más que un logro material. “Es la culminación de nuestra vida juntos”, ha expresado. La decisión de comprar una vivienda no la tomaron a la ligera, y la pareja de jubilados ha reconocido que, aunque llegaron tarde a la propiedad, nunca es tarde para alcanzar tus sueños.

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No a la residencia, y sí al piso en propiedad: “Nunca hay que perder la esperanza”

Ya intentaron tener una casa en propiedad hace años, en Valras (Hérault) pero por un problema con los vecinos tuvieron que venderla. “Mamá, nos ayudaste mucho, es justo que nosotros también hagamos lo mismo”, recuerda así Dominique las palabras de su hijo pequeño, añadiendo que “a nuestra edad, nos tomaban por tontos”. Porque, en lugar de jubilarse y decidir vivir en una residencia de ancianos, como muchos otros, la pareja decidió otro camino.

Por último, Dominique ha afirmado rotundamente que “nunca hay que perder la esperanza”, estando muy agradecida por todo lo que han logrado, tanto de manera individual como en pareja.