Un niño de 8 años agarra el teléfono de su madre y pide 70.000 piruletas por Amazon por 4.000 euros: “Quería ser amable con sus amigos”

La relación entre los teléfonos móviles y los niños es cada vez más complicada. “Estamos eternamente en otra parte. El smartphone ha traído una profunda transformación de la conciencia y las relaciones humanas. Es el nacimiento de la infancia basada en el teléfono. Y marca el fin definitivo de la infancia basada en el juego”, escribe el psicólogo Jonathan Haidt en su libro La generación ansiosa. En España, la mayoría de los niños pasa cuatro horas diarias con pantallas fuera de las aulas y tiene su primer móvil con 12 años, una edad que solo el 22% de los padres considera “adecuada”. Los principales problemas los causan las redes sociales, pero hay otros riesgos que pueden venir de los lugares más inesperados, como le acaba de ocurrir ahora a una familia de Kentucky, en Estados Unidos.

Como ha ‘revelado’ la agencia de noticias AP, el caso es el siguiente: un día, Holly LaFavers, una madre residente en la localidad de Lexington, volvió a su casa desde el trabajo y encontró su puerta cubierta por una pila de cajas de cartón, cuidadosamente apiladas. El contenido: decenas de miles de piruletas de la marca Dum-Dum.

LaFavers pensó que era “una confusión logística”, pero, para su desgracia, no era así. Su hijo de ocho años aclaró la situación: había comprado 30 cajas de piruletas, con 70.000 chupachups en ellas, a través de Amazon, utilizando el teléfono de su madre mientras jugaba despreocupadamente.

La madre, comprensiva, ha tratado de justificar al niño: “Quería organizar una fiesta y ofrecer las piruletas como premios. Solo estaba siendo amigable, estaba siendo amable con sus amigos”. Sin embargo, es de imaginar que no fue tan tolerante cuando vio la factura de la compra que había hecho su hijo: cerca de 4.000 dólares. “Cuando vi la cifra casi me desmayo”, dijo a los periodistas de AP.

Al menos, pudo amortiguar los daños. La primera entrega de Amazon consistió en 22 cajas con cerca de 50.000 piruletas, por lo que faltaban otras ocho que se encontraban en tránsito hacia su domicilio. LaFavers se comunicó rápidamente con su banco y luego con Amazon, mientras intentaba frenar la entrega del resto del pedido. Y tras un largo día de llamadas telefónicas y visitas a Correos, tuvo éxito. Además, después de que la noticia se hiciera viral, Amazon se puso en contacto con ella y “reembolsará el dinero”, ha declarado. “Gracias a todos los que se ofrecieron a comprar una caja para ayudarnos. Con gusto les conseguiré lo que solicitaron o lo donaré a la organización benéfica que elijan”.

Es una historia con final feliz, pero con moraleja: no dejes el teléfono cerca de tu hijo, y mucho menos con acceso a una plataforma de compras. En España, el Consejo de Ministros ha remitido a las Cortes el ‘proyecto de ley orgánica para proteger a los menores de edad en los entornos digitales‘, que contempla medidas como “incluir sistemas de control parental accesibles y gratuitos, activados por defecto, en los dispositivos digitales”.