León XIV, el nuevo papa: a favor de migrantes y de la lucha contra el cambio climático y en contra del ordenamiento de mujeres: “Generaría un problema”

El cardenal Robert Prevost asume el papado con un perfil pastoral comprometido con los excluidos, pero firme en temas doctrinales

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El recién elegido Papa León
El recién elegido Papa León XIV, el cardenal estadounidense Robert Prevost aparece en el balcón de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, el 8 de mayo de 2025 (REUTERS/Guglielmo Mangiapane)

Tuvieron que pasar 266 papas para que finalmente el trono de Pedro fuera ocupado por un norteamericano, algo que parecía imposible. El nuevo Pontífice, Robert Prevost, ahora designado como León XIV, nació en Chicago, pero cuenta con ascendencia española por parte de madre y tiene ciudadanía peruana por su trabajo de casi 20 años en el país sudamericano. Prevost hizo historia al convertirse hoy en el primer pontífice de Estados Unidos y el segundo del continente americano, después de ser electo por la mayoría de los cardenales en el cónclave para suceder al fallecido Jorge Bergoglio.

La hoja de ruta de León XIV

Mientras la Iglesia se debatía entre continuar con la agenda inclusiva de Francisco o volver a una senda doctrinal conservadora, los partidarios de este cardenal agustiniano lo presentaron como una alternativa equilibrada entre los papables, capaz de manejarse entre las alas progresistas y conservadoras.

Alineado con los ideales de Francisco, Prevost fue prior general de los Agustinianos y obispo de Chiclayo, en el noroeste de Perú, donde fue designado en 2014 por el papa argentino. Como señal de su máxima confianza hacia este cardenal, en 2023 cuando Francisco lo llevó a la curia romana para estar al frente de uno de los “ministerios” más importantes del Vaticano: el Dicasterio para los Obispos, un cargo clave en la estructura de la Iglesia por ser el que se encarga de la selección de obispos en todo el mundo.

Cercano a Francisco, Prevost veía su tarea como la de identificar a hombres que encarnaran los ideales de Bergoglio. Al frente de esa poderosa institución, fue testigo también de las pugnas de su mentor papal con los conservadores católicos. Su rol de “descubridor” de obispos y su fuerte impronta sudamericana durante el papado de Francisco hicieron que mantuviera un contacto continuo con la jerarquía eclesiástica alrededor del mundo.

El cardenal norteamericano se asemeja a su predecesor en su fuerte compromiso con los pobres y los migrantes, y en ir a su encuentro, como pregonaba Francisco. “El obispo no debe ser un principito sentado en su reino. Está llamado auténticamente a ser humilde, a estar cerca de la gente a la que sirve, a caminar con ellos, a sufrir con ellos”, señaló el año pasado. Bergoglio también lo designó como presidente de la Pontificia Comisión para América Latina gracias a su gran conocimiento sobre la realidad y las periferias de la región.

El recién elegido papa León
El recién elegido papa León XIV, el cardenal estadounidense Robert Prevost pronuncia el mensaje «Urbi et Orbi» (a la ciudad y al mundo) desde el balcón de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, 8 de mayo de 2025 (REUTERS/Remo Casilli)

Tanto Francisco como León defendían “una Iglesia pobre, que camina con los pobres, que sirve a los pobres”, como destacó un cardenal agustino cercano a Bergoglio. En una entrevista con Vatican News, Prevost recordó el primer viaje apostólico del papa a Lampedusa por su cercanía a los migrantes, y la carta de febrero a los obispos de EE. UU. sobre estar al lado de los que sufren, en plena crisis migratoria. También ha hablado con firmeza sobre la necesidad de actuar contra el cambio climático, otra gran preocupación del anterior pontífice. Defiende con convicción una iglesia sinodal y se ha pronunciado contrario a la ordenación de mujeres. En una entrevista afirmó: “Clericalizar a las mujeres no necesariamente soluciona un problema, podría generar uno nuevo”.

Una vida de misiones y estudio

Descripto a menudo como reservado y discreto, Prevost cultivó una sólida formación académica. Obtuvo el título en Ciencias Matemáticas en la Universidad Villanova, en Pensilvania, y luego se especializó en Derecho Canónico en el Colegio Pontificio de Santo Tomás de Aquino, en Roma, donde alcanzó el doctorado con honores magna cum laude.

Su dominio de varios idiomas —habla inglés, español, francés, italiano y portugués, además de leer latín y alemán— fue fundamental en el cumplimiento de diversas misiones en distintos países. Ingresó al noviciado de la Orden de San Agustín (OSA) en 1977 y profesó sus votos solemnes en 1981. Recibió la ordenación sacerdotal el 19 de junio de 1982, y poco después, en 1985, fue enviado a la misión agustiniana en Perú, lo que marcó el inicio de una larga y significativa etapa de su trabajo en América Latina. Su primer destino fue Chulucanas, donde se desempeñó como canciller de la Prelatura Territorial entre 1985 y 1986.

Después de un breve regreso a Estados Unidos como director vocacional y de misiones para la provincia agustiniana de Chicago (entre 1987 y 1988), volvió a Perú. Durante los siguientes diez años, dirigió el seminario agustiniano en Trujillo y enseñó derecho canónico en el seminario diocesano, donde también fue prefecto de estudios. También sirvió en diversas capacidades, incluido párroco, oficial diocesano, director de formación, profesor de seminario y vicario judicial en la arquidiócesis de Trujillo (de 1989 a 1998).

En 1999, Prevost regresó a Chicago y fue elegido prior provincial de la provincia “Madre del Buen Consejo”, según el College of Cardinals Report. Dos años y medio después, en el Capítulo General de los Agustinos, fue elegido prior general, cargo que ocupó durante dos mandatos consecutivos, hasta 2013. Ese liderazgo a nivel internacional dentro de su orden religiosa le ofreció una perspectiva global sobre los desafíos y dinámicas de la Iglesia.

Un papa con ciudadanía peruana

Francisco lo nombró en 2014 administrador apostólico de la diócesis de Chiclayo, en Perú. Fue elevado al episcopado en 2015 y se convirtió en obispo de Chiclayo. Fue en ese año cuando obtuvo la ciudadanía peruana, algo que aumentó la expectativa en el país sudamericano por sus posibilidades de ser pontífice. El Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec) de Perú confirmó en los últimos días que la institución tiene registrado como ciudadano a Robert Prevost. “Su DNI se encuentra vigente desde 2015”, afirmaron.

Durante su tiempo en ese país, también desempeñó un papel activo en la Conferencia Episcopal Peruana, al servir como segundo vicepresidente y miembro del consejo permanente entre 2018 y 2023. Como obispo de Chiclayo, se opuso a un plan del gobierno para añadir enseñanzas sobre género en las escuelas. “La promoción de la ideología de género es confusa, porque pretende crear géneros que no existen”, declaró a medios locales.

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Aunque en Perú muchos lo elogian por apoyar a los inmigrantes venezolanos y visitar comunidades remotas, el cardenal en un momento quedó en el ojo del huracán por denuncias de presunto encubrimiento de sacerdotes acusados de abusos sexuales. La diócesis de Chiclayo negó categóricamente todas las acusaciones, y apuntó a que la renovada campaña de desprestigio contra Prevost previa al cónclave estaba relacionada con la salida -presentada como renuncia- de José Antonio Eguren, exarzobispo de Piura y miembro destacado del movimiento católico ultraconservador Sodalicio de Vida Cristiana (SCV), con base en Perú y disuelto en enero pasado por decisión de Francisco por casos de abusos y maniobras financieras opacas. Sobre los casos abusos que sacudieron a la Iglesia, el cardenal norteamericano reclamó “ser transparentes y acompañar a las víctimas”.

Entre sus excompañeros de adolescencia, no tienen dudas sobre las intenciones de Prevost. “Es increíblemente amable. Pienso en Robert como un alma compasiva. Tiene una agenda de bondad y compasión, igual que nuestro anterior papa”, dice John Doughney, otro graduado de la escuela primaria de St. Mary en 1969. “En aquel entonces era bastante evidente que ese sería su camino”, añade, en referencia al sacerdocio de su antiguo compañero. “Para él, creo que era una verdadera vocación. E incluso siendo adolescente, sabía lo que quería hacer y adónde quería llegar”. Aunque seguramente Prevost llegó hoy mucho más lejos de lo que alguna vez pudo imaginar.